jueves, 31 de diciembre de 2015

“Falaces interpretes”

(Justo como nosotros)

Contrólate soterrado,
Modérate miserable esperpento,
Escoge pues cuando gustes,
Se sirve ya la tragedia;
El amante que olvida amaba,
Suplica agónico el recuerdo,
De ese amor que perdió;

Cualquier tipo de arma,
Que se precise exasperante,
Cualquiera con cual se pretenda,
Herir la nobleza de la carne,
Que lamenta y retrocede,
Sea ella pluma, lanza o cincel,
Sea incluso pensamiento indigno,
Se concibe en mortal presagio;
Quien redima al corazón,
Poco condiciona tal estremecimiento;

Domínate artilugio sin cuerpo,
Espanto eres de los días,
Tormento de cuanto se anhela;
Inclínate pues a cual prefieras,
Sin más vacilaciones discretas,
La representación siempre suerte exige,
Aquella que nunca se espera;



*Gravados en fino detalle,
Condenanse los sentidos.






Fernando García M.

jueves, 24 de diciembre de 2015


"Preámbulo Navideño"

(A Jesús recién parido)


Fernando Garcia M.

*Datos de pista: 
Canción: She scares me. 
Álbum: Rock Formations. 
Artista: Yawning Man.

miércoles, 5 de agosto de 2015

“Adoradores de falsa doctrina”

(Fanáticos del equivoco)



Oh fantasía mágica,
Oh desenfrenada locura,
Prófugas sois de la ciencia,
Explicar nadie puede,
A cabalidad vuestros designios;



Oh ensoñación idílica,
Oh desesperación natural,
Congregándose son vuestras vacilaciones,
Engaño de fausta grosería;
Agresivo tornase pues,
El alucinado como el demente;

Todas aquellas profecías,
Todas aquellas promesas solemnes,
Que auguren legado alguno,
Que puedan dar fe, vivido testimonio,
Del abolengo que les incumbe,
Absolutas en su conjunto,
Ocultanse a los ojos de los hombres,
Oh devoción, cuando te cedes al yerro.

Fernando García M.
“Hipérbole auténtica”

(Gingivitis de lo ocioso)

Abandono de lo virtual,
Real haces esta soledad,
Desagradable de toda forma,
Cual reproche insospechado,
De verdad no enmascarable;



Asalta la angustia,
Restituye  aquel recelo,
Desconfiada resulta la estancia,
Insoportable en alarido,
Entera en su provocación;
De lo virtual abandono,
Cuán sencillo se alaba,
La gélida noción de exilio,
Reclamando agua hervida,
Para ablandar al corazón,
Que igual sube como baja;



Buchado de esperanza,
Que desciendes al alivio,
De este nudo impropio,
De esta indicación incorrecta;

Sanguinolentas se recogen las encías,
Caprichos revela la fantasía;
Pecado, sacias el alma.


Fernando García M.
“Desde el peñasco”

(Patíbulo le hace la rienda)


Conduce su deseo,
Como mejor le acomoda;
La vida es solo un juego,
Donde todo resulta lo mismo;

Emprende su camino,
Extravió siempre es la manera;
El destino son tantas cosas,
Preferible es, uno absoluto y propio; 

Como llegue a donde deba,
Como caiga en sus facetas,
Desvanecese la duda,
De aquel que atormentado,
Implora y no duerme;
Ahora acciona el engranaje,
Asumiendo cinética ascendente,
El carruaje halado, en rauda carrera,
Por esplendidos corceles,
Desarrollando va su fatalidad; 
Aproximase al barranco,
Tuerce una rueda en curva,
A cabalidad se convierte todo,
En lamparazos de alaridos,
En agitarse lo no evitable;
Reflejos de horror enorme,
Equinas fracturas óseas,
Al gallardo jinete,
Dan la bienvenida.

Fernando García M.
“Masculino de 32 años”

(Según dice, el familiar)

Aquellos años
En que hubiste creído,
Ser el más malvado de todos,
El más cruel de los inhumanos,
Ahora idos te demuestran,
Cuan equivoco estabas;
Oh alma encendida,
Oh cómplice cuerpo,
Siempre se puede peor,
Cuando enceguecido se trata,
De pasión y arrepentimiento;

Pedrería en fina sortija,
Rutilantes son las esquirlas,
Incrustadas cual rubíes,
En el seno de su carne,
Compasión de voz afligida,
Que insistente reprocha asustada,
Al sobrino que le acompaña,
Abochornado y sobrentendido.


Fernando García M.
“Paciente de carnaval”

(Masculino de 45 años)

Desátese la sensualidad,
Onán arriba erótico,
A la conquista de sí mismo;

Desátase la promiscuidad,
El muy pícaro se es infiel,
Cometiendo otros pecados;
Ahora anúdese todo,
Y dé apariencia de capullo,
Hermosa flor enrojecida,
Con cristales en el culo.


Fernando García M.
“Sin dudar autor seria”

(De leyes torcidas)

También deseo la democracia,
También anhelo la paz,
Semejante a cualquier otro,
Cargo público alguno ambiciono,
Con el alma presta al detal,
Con el corazón sediento,
Del erario que le concierne,
Por ser igual colombiano;
Debe pues el buen ciudadano,
Siempre surgir nuevamente,
Recortando desde abajo,
Las esquinas de folios y pliegos,
Con esa tijera bendita,
Que es el poder convenido,
Majestad aún provechosa,
De elegir y ser elegido;
Oh espectáculo de maravilla,
Oh deleite de implicados,
Hacense con los triángulos blancos,
Ejemplares banquetes,
Que de tan sonados resultan,
Migajas que amamantan y suplen,
Cargos medios y testigos,
Voces dueñas y conformes,
Que acelerar o retardar logren,
El curso del codicioso ascenso;

Cada uno si oportunidad atisba,
Atesore una significativa porción,
No repare pues en magnitudes;
Luego resultan también valiosas,
Inclusive las lagañas,
Que pueda tener el  mico.


Fernando García M.
“Adiós rostro lozano”

(Inocultable desequilibrio)

Espera, no corras muchacho,
De mí no te apartes silencioso,
Adentrándote en cristalinos reflejos,
Desvaneciéndote en la bruma,
De esta vejez que ya se acerca;
Mira pues la habitación esta,
Ventanas no posee al mundo,
Más cueva blanca es, recinto sagrado,
Que despide entre aerosoles,
Cautivantes fragancias,
Versos de toda índole,
Que en desdén rehúsan,
El correr infinito del tiempo;

No te alejes, oh juventud,
Acompáñame siempre,
Oh vitalidad infatigable;
Confinado entre costumbres,
Comienzan a serme común,
Inseguridades y miedos.


Fernando García M.
“Mar adentro”

(Duermen ya sus oídos)

Cuando su llamado escuches,
Cualquiera que sea su nombre,
Contesta pronto y sin duda,
Ayeres son de larga distancia,
Que sabiendo lo pasado,
Acuden también en tu búsqueda,
Con afán de hallarte cautivo,
En profundas divagaciones,
De gélido aspecto mudo;

Oh ímpetu del sueño,
No lleves aun flotando,
Este cuerpo entumecido,
Que ha de encallar sujeto,
Entre raíces y mármol;

Oh potencia que cierras los ojos,
No nubles aun las imágenes,
Que intempestivas se ciernen,
Sobre la noche ya próxima,
Que desde lejos se anuncia,
Silenciosa en plata fulgente;
Desgarradoras voces,
Claman por encontrarle,
Humedécele en su elemento,
El oleaje que devorar suele,
Con bravura todo naufragio;
Estrellas recién atestiguan,
El rostro del ahogado.


Fernando García M.
“Dado a aquel inerte en vida”

(Conductas y equivocaciones)

Mantienese el cuerpo,
Por afrontar el paso de los días,
La soledad suele ser su medida,
Al comparar salud y belleza;
Oh sopor de indecible siniestro,
Sostienese pues la carne,
Solo para deteriorarse;
Aun la inteligencia,
Cuando a plenitud se logra,
Traicionar suele a la consciencia,
Dando a la locura de la muerte,
Sentido definitivo e indispensable;
No ansia pues durar tanto,
El corazón que se aflige,
Sórdido y callado,
Entre intuiciones y estímulos;

Posesión única del pecho,
Mientras los años le duermen encima,
Es el tedio indiscutible,
Trayecto a un final sabido;
Oh alma con aquellos bríos,
Ambicionas siempre ser joven,
Pues son las edades tempranas,
Similares en vigor a ese temple tuyo;

Emociones desecha
El bípedo pensante,
Desplazase erguido
En su insolente formación,
Descansando cada cuanto,
Al descoser cierta distancia,
Rasga los tenues hilos,
Que amordazan el espíritu;
Pueden algunos miembros
de la errática especie,
Renunciar a tan frágil existencia,
Para ello cual hábiles bestias,
Acondicionan guaridas y nichos.


Fernando García M.
“Cuatro palabras repetidas”

(A imagen y semejanza)

Destino, destino,
Dime cuanto sepas;
Ansió ya existir elevado,
Anhelo ser más que aquello,
Que puedas mostrarme,
Como piadoso o prudente;
Destino, destino,
Que tanto te han alabado,
Con la materia los hombres;
Confiesa tu fatalidad,
Libera tus bendiciones,
Es esta vida insignificante,
Como todas las otras;

Oh dolor de estigma,
Oh gloriosa manifestación,
Nadie resulta indispensable,
Al mundo que anda y olvida.


Fernando García M.
“Tres estrofas muestra nuevamente”

(Alforja mística es de versos)

Tristeza que colmas,
De lágrimas los ojos,
Son tus días congojas,
Tus ocasos recogidos,
Hojas secas ya caídas;

Tristeza que asomas,
En emociones tus pálpitos,
Inconcebibles son las horas,
No existen términos medios,
En tus padecimientos y heridas;

Tristeza sencilla,
Que tu rostro enjugas,
Con llanto y desvelos;
Ríe esbelta quimera,
Ríe y vuela lejos,
Que nunca se tiene certeza,
De cuando ha de revelarse,
El definitivo momento.


Fernando García M.
“Los apartes fueron líneas”

(Tres estrofas trajo el talego)

Es hora de la locura,
Sea emancipación la dicha,
Siniestros la noche;
De aconsejables disoluciones,
Desistan pues los espíritus,
Que exaltar se debe la esencia,
En incauta manera ruda;
Conciliadas ya las vacilaciones,
Decidido han el extravió;

Suceda pues nuevamente,
Aquello que enajena y encumbra,
Luego del interactuar vacío;
Acércate inmortal imagen,
Que turbia y apetecible te describes,
Siendo aura inequívoca,
De cuanto ser señalado pueda,
Como sublime y glorioso;

Oh exacerbación pendenciera,
Suscítate y calla después,
Que mejor es se frustre de propio,
Cualquier discurso incriminante.


Fernando García M.