“Observación”
(Asesino que curas)
Nueva sangre,
Podría unirse a esto;
Sin embargo, la mano
Nunca se cansa,
De lidiar con lo mismo;
Basta ya de arandelas,
Basta ya de suplicios,
Poca gente sale satisfecha,
Del rigor del suicidio;
Y es que morir,
Puede ser tan fácil,
Solo se necesita justificar,
Una razón pasajera,
Un eterno tormento,
Un conformar decoroso;
Por el contrario vivir,
Lo es aùn màs;
Suplicando alimentos,
De dulces emociones,
Conjurando hechizos devotos,
Corrigiendo incorrecciones,
Que reflejan de otros,
Lo que somos;
El brillar de la luz,
La incisión en la piel;
Tengo un sueño,
Y por un día difícil,
No me atrevo
A juzgar lo definitivo;
Siento tedio,
Y por un aullar pueril,
Podría alabar
Colosos elementales;
Secretos de infamia,
Terceros de gloria,
Viñedos amargos;
Tomar el cuchillo,
Y revalorar los cuerpos;
La practica de la valentía,
De raíz no evapora,
Los miedos arraigados;
Talvez si horrendos,
Estos ojos fuesen menos,
Quizás si tentar lo quieto,
Con excesiva frecuencia,
No significara movimiento,
Mala desesperanza tibia;
Horas duras en la nuca,
Enderezando van la espalda,
Alterado por los alaridos,
Que odiando su naturaleza,
Emanan enfermos,
De la raza persistente;
Componiendo decisiones
Y también destinos,
Siempre nueva sangre,
Podría unirse a esto.
Fernando García M.
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