“Entrada
223”
(Neuronas
y huevos fritos)
Segundos esparcidos logran desenfocarse
para perder toda coherencia. Como todo se debe con violencia, siento vergüenza
por la vida tanto como temor por la muerte. No habita gran revelación el articular
de una sintaxis aberrada, siempre el ataúd y la minusvalía, siempre huesos y
bóvedas golpean sin reparo, para que al final todo continúe imperturbable, escapando
en circuitos de sombras; carreras donde los relojes nunca alcanzan. Usual es
que colmado en helio e incertidumbre, se sostenga sin gracia ninguna el destino
que a nadie pertenece. El equilibrio entre calamidades y triunfos resulta tan
frágil y complejo, que obliga a permanecer callado, aplastado en el asiento
infame de esta contemplación estéril. La cena es el desayuno de todo vampiro
saludable, yemas revueltas sofríen lóbulos diseccionados por la carencia de
cualquier línea argumentativa: Las publicaciones se suspenden hasta nuevo
aviso.
Fernando García M.
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