“Psicosis ansiosa”

(Ikis 2)

Este es tu ánimo,

Liberarte de ti mismo;

Si, este es, negarte en doce juramentos,

Cada casa astral, cada posición del sol;

Fastidio de luna frígida,

Incesto de tiempo perdido,

Es el temblor de esas palmas,

Direccionadas de boca a dentro,

Hasta tocarlo todo;

Dedos tambaleantes,

En tímido estomago dicen,

Te has diferenciado,

Sucumbiste para renacer;

Ahora corrige lo sugestionable,

Lánzate al secreto;

El fauno margina esquivo,
Su mirada soslayante;

Ego de infinita amargura,

Apariencia de fantoche,

Engreimiento de desdicha,

Todo en función de lo normal

Todo en orden aparente;

El engaño fecunda madurez y canas,

La decisión, desacierto;

Otro día de cabellos húmedos,

Se ofrece entre cielos subrepticios,

Sorteando el Aqueronte cuervo;

Río pájaro, horror y resuello,

Bifurcan tus aguas aladas,

Y en esto se da la lluvia,

Al festín y la comunión;

Ya siento sus uñas horrendas,

Rasgándome los oídos,

Mantos manchados de sangre,

Servil lona deshilachada,

Donde macula el dolor,

De las voces airadas;

Vuelve a tu farsa curiosidad vieja,

Vuelve a tu jaula fiera indomable;

Sé encontraste la métrica,

Por aliciente fortuna,

Por desdicha y consuelo,

Delirio de distinción;

Miedo a la oscuridad,

Si hubiese sabido aliviarte,

Lucida sériame tanta presteza;

Al vacío vayamos todos,

Prudencia ya no queda,

Pálidos titilan los rostros,

Roedores no tienen gracia,

Espectáculo desafiante

Son los atracones;

Si quisiese vestir sombras,

Marcaria acento de cobre,

Soberano a mis palabras de mala cosecha,

Desastre natural, salvaje que sospecho,

Desfasa este y aquel intento;

Redención eres vida,

Redención y solo eso;

Reclamo la emoción suprema,

Olvido que es preciso,

Para esta clase de encuentros;

Azar que toma la forma,

De todos los entusiasmos,

Nausea como siempre,

Al punto de aquel trayecto;

La duda acude a la facultad,

La tinta retorna al pergamino,

Gentes se cubren los ojos,

Aquellos y estos ríen;

Apoteósico a taquilla llena,

Batalla de gesticulaciones,

Sofoca el telón casi descendido;

Meteoros, Bahamut flexible,

Esta es la niebla, estos los pasos;

Manifestación has arribado,

Para desprestigiar al silencio,

Encerrándole en culpas y desprecios;

Insoportable espanto,

Que penas por alma,

Humores regurgitas,

Prestidigitador profano;

Humores que exhalan persecución,

Juicios de porvenir desmantelado,

Urgencia de certeza evidenciable;

Instrumento de viento es la mentira,

Embaucadora es su música;

Se debe perfección siempre a lo vibrante,

Pero para la ocasión, juega titular papel,

La coraza de tan sutil artificio;

Improvisar implica,

Centenar de parpadeos;

Desnuda recelo en el público,

Aquel modo pícaro en que vuelan,

Pestañas cual mariposas;

Revolución del reto,

Que esconde el corazón,

Al exigirse atenuación,

Al reclamarse control;

Sofrenaras tus impulsos,

Necia resignación;

Aquietaras tus días lánguidos,

Ralea deshonrada;

Oh pueril pecho alarmado,

Vergüenza en arrebato execrable,

Es el ánimo que escinde tus grilletes;

Fascinación indescriptible,

De lograr la máxima soltura,

Sufrido a medio camino,

Entre la locura y el pánico.

Fernando García M.

*Datos de pista:
Tema: Composición 3.
Áutor/Interprete: Fernando Garcia M.

“Civitas Canidae”

Noche tras noche,

Gente muere ahogada,

Entre gritos desgarradores,

Llena la luna es testigo,

De horrendas atrocidades;             

Cuerpos destrozados e irreconocibles,

Retoñan tibios en las calles;

Despojos cubiertos de sangre y pelaje,

Impregnados de amarga orina,

Desconciertan a encargados y curiosos;

Delicado rastro es aquel,

Que en fermentado detalle indica,

El merodear de una criatura salvaje,

El cavilar de un instinto desatado,

De apetito siempre creciente;

Cuantas balas de plata,

Detendrán al indómito homicida;

Cuantas sabrán frenar,

El andar de tan sádica fiera;

Padecido en mortal resaca,
Huye el recuerdo que oculta,

El impulso de estos atuendos rotos,

De estas uñas ennegrecidas,                            

En palmas de piel lastimada;

Relamidos en oxido y tierra,

Los labios imágenes aproximan;

Veladas nunca resueltas,

En fragmentos brotan aisladas,

Para arruinar la claridad del día.

Fernando García M.

*Datos de pista:
Tema: Distorsión 2.
Áutor/Interprete: Fernando Garcia M.

“Obsesión blattodea”

Junto a su cadáver boca arriba,

Contemplo la fragilidad de mi ser atónito,

Sumerjo mi cuerpo en la oscuridad densa,

De un imperioso miedo, al verla bañada,

En sus líquidos corporales;

Intranquilo atestiguo casi desnudo,

Como aún reflejos quedan múltiples,

En sus extremidades flexionadas;

Hallazgo que me incita acusante,

A descuartizarle, a desordenar su anatomía,

Como si ello librarme pudiese,

De su retorcida imagen pesada;

No obstante, es imposible,

Dominante persiste su presencia,

Sigue allí, y a cada cuchillada,

Se hace más fuerte, invencible sin duda,

Mostrándose desenfadada y sonriente,

Plegándose en total crispación,

Al sigilo de los parpados cerrados;

Rozagante, con aires de inmortalidad,

Sin importar cuanto escarbe sus despojos,

Atormenta en alerta los sentidos;

Más lejos, nuevamente aparece,

Irreal y sometida, infatigable y airada,

En aquel rincón de la ducha,

Tras el dosier de la oficina,

Saboteando desayunos y cenas;

Escamoteándose bajo la almohada,

Reconociéndome en la esquina,

Aguardando entre libros que no leo,

Entre cobertores y objetos varios,

Apoderada de intimidad o resguardo,

Es ella en todo, siendo angustia e inminencia;

Sobreexcitada y minúscula,

Sobra mi figura escuálida,

En su inmensidad aborrecible;

Prescindiendo de la intensidad impuesta,

A cada tajo le descubro mas integra,

Restaurada en compactos relieves,

Renovada en urgente cercanía;

Eliminarle es desentender su concepción,

Significa que no signifique nunca más,

Abandonarse al ignorar de su género,

De su posibilidad y sobresalto,

De su aspecto siempre repugnante;

Letras en visceral carmesí,

Intestinas subrayan punzantes,

Es el voluntario deceso,

Aquel método que infalible,

Conquiste el sacarle de mi cráneo;

Pues no le soporto, pues insiste en examinarme,

Aunque no logre verle los ojos;

Aunque al corta su cabeza,

No tope con cavidades auditivas,

Escucha la confidencia profunda,

De mis atribulados pensamientos;

Es ella en mi insomnio,

Y yo en su desvelo cobarde,

De maldito insecto rastrero.

Fernando Garcia M.

*Datos de pista:
Tema: Composición 2.5.
Áutor/Interprete: Fernando Garcia M.