sábado, 31 de agosto de 2019


“Entrada 223”

(Neuronas y huevos fritos)

Segundos esparcidos logran desenfocarse para perder toda coherencia. Como todo se debe con violencia, siento vergüenza por la vida tanto como temor por la muerte. No habita gran revelación el articular de una sintaxis aberrada, siempre el ataúd y la minusvalía, siempre huesos y bóvedas golpean sin reparo, para que al final todo continúe imperturbable, escapando en circuitos de sombras; carreras donde los relojes nunca alcanzan. Usual es que colmado en helio e incertidumbre, se sostenga sin gracia ninguna el destino que a nadie pertenece. El equilibrio entre calamidades y triunfos resulta tan frágil y complejo, que obliga a permanecer callado, aplastado en el asiento infame de esta contemplación estéril. La cena es el desayuno de todo vampiro saludable, yemas revueltas sofríen lóbulos diseccionados por la carencia de cualquier línea argumentativa: Las publicaciones se suspenden hasta nuevo aviso.

Fernando García M.

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