viernes, 13 de mayo de 2016


 “Semejante pero sin”

(Del horizonte hacia sur) 

Circulo encendido en trece,
Pirueta que volteas las castañas;
Alta se crece la vara,
Tirso es de nube enhebrada,
La plenitud que se pierde;
Encargo que de solicitud nula,
Arremete inesperado,
Disecando entre envolturas,
Terrenales pasiones;

Modismos rebautizados,
Incompletos y parecidos;
Vejez que roba el estilo,
En parábolas de ciegos,
Que entusiastas contemplan,
Tal retrato interminable;
Mundo celoso, que inflamado,
Sesgos marca en retorno.

“Del horizonte hacia sur“

(Jardines e idolatría)

Cuando acabe la ira,
Y apagándose la antorcha,
Torne todo en tinieblas,
Clama al tiempo preciso,
Perecedero y sublime;
Rescata  cualquier
Pienso probable,
Para que derivado
De tal desgracia,
Irritante ardor
Se suscite;

Cual contar sin uno mismo,
Cual señalar la lira vacía,
El palabrear se seca en los labios,
Dando salinidad al silencio;
Al cese de la furia,
Echar mano del trueno,
Siempre trae complacencia;
Luminosos tallos de herramientas,
Flores de zinc engalanan,
Olivos de alambres y agujas,
Coronan gloriosos las sienes;

Tibio caldo de jengibre,
Ondula su pétrea sombra;
Oxidado candelabro,
Se suele la tristeza,
Al cavar delirantes
Recovecos;
Suculenta astucia,
Que toma del
Recuerdo la noche,
Combativa culpa
                                                                 Nada desdeñable.

“Jardines e idolatría“

(Del horizonte hacia norte)

Alistar puedes ya
Mi nombre,
Permiso es a ti
Concedido;
Mencióname como
Plazcas,
Arrulla en divinos
Sueños,
La compasión
De esta guarda;

Allí le conduce y forma,
En contrario sentido 
Le restituye,
Siempre cual gárgola
Descubierta,
Reemplazando sus lados,
Para resultar irreconocible,
Cual eyaculación
En el desierto;
Cual mancilla
De hombre,
Acatando lo
Que la ley
Dicta;

Deleite fue el sexo
De San José;
Consumación
Pesarosa.

“Del horizonte hacia norte”

(Dispareunia enmascarada)

Trazas dos de Ceylon,
De manzanilla tres,
Cuarto de mandrágora,
Hágase en la caldera;
Extreme en demasía,
La célula su volumen,
Nitroso explaye su peso,
El neto contenido,
Mesiánico ajuste
Su dulce, al gusto;

Tigresas dense
Las cucharadas,
Rugiendo la castidad
Mas ensanchada,
Interviniendo en
Suaves evocaciones;
Resuma la calma
En breves sorbos,
Todo lo circundante;
Despeje a cabalidad
Cualquier indicio,
Cual inclinadas ilustraciones,
De brújulas desabridas.


“Dispareunia enmascarada”

(Consuelos de siervo oeste)

Nárrese en forma sugestiva,
Deletrese de modo
Que símil pueda,
Implicar acompañan
A la fantasiosa voz,
Los más vulgares
Recuadros;

Destruyese  
Siempre el silencio,
Por cosa menos valiosa;
Deslumbrase cada escucha,
Ante representaciones
Corrompidas;
Reinvención de algunos,
Renacer estilístico
De almas privilegiadas,
Que al rayar urente
Ofrece revelación;

Obra maestra,
Concepción majestuosa,
Cogestión de ultramar disidente,
Que arrincona la censura,
Al borde de lo sacrílego;
Fresca es la postura
Que adquiere devoto,
Esplendida la calidez
Que colma su rosto,
Denotando asombro tardío;

Irradiar magnifico,
Son sus mejillas y labios;
Suplica desprendida
En arcos ensombrecidos,
Vivacidad de rojo crudo,
Sensatez de nácar deslenguado,
En gris y azul de vestido,
Que compungida le cubre,
En recreación enaltecida;

De a gritos
Acusa la virgen.

“Consuelos de siervo oeste”

(Semejante pero sin)

Desconociendo posesión alguna,
Despojado de toda propiedad,
Recoge su silueta el diván;
Comide tal terciopelo,
Con encumbrados cisnes,
Que vierten vajillas
Ricas en detalles;
Superficies triangulares,
Donde pastan
Violentos carneros;

Mezcla de ruidos agitándose,
Con embudos por sombreros,
Al descender hasta el entendimiento,
Al desmantelar esencia
En epifanía celeste;
Hervidero de
Agujeros displicentes,
Tríptico en ponzoñosa
Advertencia,
Martillar de maderos
Y hogueras,
Que adeptos fabrican,
En infundadas
Interpretaciones;

Humanoides insectos,
Inflamable paja de pescados,
Búhos arrojan monturas,
Dilatadas en apariencia,
Aumentadas entre humus,
De poliéster e incienso;
Configuradas para ser
Magia elemental,
Apurando imágenes
Y dimensiones;

Picos de acero y empuñaduras,
Marfil de oro incrustado,
Contundente sacude su flama,
La cifrada entidad sangrada,
Símbolo en movimiento,
Al retraído observador;
Procurar acompasado,
En ilusión de desplazamiento,
Alarido ejemplar y descocido,
Arma de lucha a lo penetrante,
Ausente vocal abierta,
Sin la cual no existe Dios.

Fernando García M.

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