“Adiós rostro
lozano”
(Inocultable
desequilibrio)
Espera,
no corras muchacho,
De
mí no te apartes silencioso,
Adentrándote
en cristalinos reflejos,
Desvaneciéndote
en la bruma,
De
esta vejez que ya se acerca;
Mira
pues la habitación esta,
Ventanas
no posee al mundo,
Más
cueva blanca es, recinto sagrado,
Que
despide entre aerosoles,
Cautivantes
fragancias,
Versos
de toda índole,
Que
en desdén rehúsan,
El
correr infinito del tiempo;
No
te alejes, oh juventud,
Acompáñame
siempre,
Oh
vitalidad infatigable;
Confinado
entre costumbres,
Comienzan
a serme común,
Inseguridades
y miedos.
Fernando
García M.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
versosysoledad.blogspot.com