“Masculino de 32
años”
(Según dice, el
familiar)
En
que hubiste creído,
Ser
el más malvado de todos,
El
más cruel de los inhumanos,
Ahora
idos te demuestran,
Cuan
equivoco estabas;
Oh
cómplice cuerpo,
Siempre
se puede peor,
Cuando
enceguecido se trata,
De
pasión y arrepentimiento;
Rutilantes
son las esquirlas,
Incrustadas
cual rubíes,
En
el seno de su carne,
Compasión
de voz afligida,
Que
insistente reprocha asustada,
Al
sobrino que le acompaña,
Abochornado
y sobrentendido.
Fernando
García M.
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