“Mis candidatos”

(Sin placas oficiales)

En época electoral,

Me disfrazo de individuo,

Y decidido me arrojo,

A las calles del mundo,

En busca de elegir,

Al mejor candidato;

Ese que sin duda,

De antemano sepa

Va a ganar, y pertenezca,

De ineludible modo,

A una coalición

Irreconciliable;

En época electoral,

Hurto convicciones ortodoxas,

Camuflo mi ser de ciudadano,

Y en la corriente inescrupulosa,

De dominicales sombras,

Salgo a sumarme integro,

Al silencio del día medio,

En un semanal séptimo,

Ocaso desvalido;

Y al caminar desprevenido,

Por entre autos vacíos,

Tachando voy con versos,

Cruces blancas en los pensamientos,

Que alcancen el cuerpo,

De algún encorbatado limpio,

Que amnésico pueda enlodar,

Su aún desconocido nombre,

Al amenazarnos impune,

Con ideas liberales;

Al acorralarnos infame,

Con sueños de oportunidades,

Que deciden unos pocos,

Para otros demasiados,

En anticipada forma

Secreta;

Luego, en todo ello,

Visto soy con extrañeza y odio,

Por los cráneos tras timones,

Tras mostradores y botellas;

Y así sin más, en ello todo,

Sus miradas escudriñan,

Mis lamentos compungidos,

Puestos en hojas de a retazos;

Listos en comas de desorden,

Pues embriagados de puerilidad,

Son los sentidos nunca fieles,

Al merodear ingenuos,

Entre sus etílicos alientos,

Que vitalidad solicitan,

A enajenantes bebidas,

Para ejercer su derecho,

De aparente clara conciencia,

Cual cristianos empobrecidos;

En época electoral,

He de llamar personajes,

Desde inaudibles distancias,

Al fingirme cuerdo en extremo,

Al emularme frágil e irrompible,

Colmado en irracionales apuntes,

De malogrados augurios,

Al vencedor contrincante,

De tal batalla imposible;

Después, por supuesto,

De escoger aquel rostro,

Que rebosante en demacrado,

De subsidios democráticos,

Requiera bochornoso,

Al solventar desahuciado,

Una postulación segunda,

Cual reensamblado miembro,

De una trinchera rota,

En la modernización estática,

De cualquier abotagado partido.

Fernando García M.