lunes, 11 de julio de 2016

“Traje de cuervo”

(Graznido consonante)

Tan obvio este antifaz,
Embauca tantas hojas,
Que con versos de paz,
Convierte en pétalos,
De coloridas coronas muertas,
De poseídas almas cuerdas,
Siempre teniendo por más, recuerdos;
De fastidio, obligación y ganas,
De enlutadas garras tiesas;

Algo ciega mis palabras,
Píldoras de esperanza,
Disuelvo en esta hiel ácida,
Sin satisfacción que no sea árida,
Sin fascinación que no sea irritable;
Sin más que un silencio masticable,
En punta de pasta pétrea,
Que confía y obedece,
Remedando resignación,
Revelando participación,
En esto que no me pertenece;

Destino, espinas en mis palmas,
De curvas largas uñas;
Olvido, lágrimas guarda esta garganta,
Corta en distancia hueca,
Para esta fatiga de ambición por nada;
Para este alivio de plantas sordas,
Que vistiendo cascos de cuero,
Marchan a ninguna parte,
Rastreras y agónicas;

Tan evidente este disfraz,
Con arandelas de razones,
Y suaves orlas de pasiones;
Cremalleras lleva la piel,
En nudillos con cicatrices,
En labios con puntadas vacías,
Tiradas obscuramente desde atrás,
Para aprobar y reprochar fiel,
Aquello que en retazos
De mitos subdermicos,
Intuyo correcto o desentonado;

Estos dos agujeros ennegrecidos,
Por donde entra la luz,
Exponen al aire el aura abatido,
Que cubre tantas plumas sostenidas,
Bañadas en complementos restantes,
Sofocadas con deleitados guisantes,
De consciencia, arrepentimiento e impotencia,
Regalando a la vida lo constante,
De un desenvolver sustituible,
De una voluntad incólume,
Que conoce los escombros de sus relieves;
Accidentados detalles que apuntan,
Lo terrible que abunda en el centro,
Acaparado por extremidades plegables;

Camino, si fuese cuestión de cantar,
Por tristeza o alegría punzante,
Pálido vuelta esforzado daría,
A este cambiar perecedero;
Penas son sus costuras bultosas,
Que unen las venas a mis parpados,
Las cenas a mis apetitos,
Las velas a esta cavitaciòn,
De turbia nubla gris,
Que es el compartimiento disonante,
Del tan impropio corazón mío;

No reviven por rimas,
Las cosas muertas por los hombres,
No germinan por comas,
Tonalidades intensas de flores,
Tan solo desorden desesperante,
En un aleteo moribundo.

Fernando García M.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

versosysoledad.blogspot.com