viernes, 17 de junio de 2016


“Pólvora humana”

(Todo por vida)

En el afán supremo,
De conservar la vida,
Preocupaciones condenan,
Elementales prioridades;
Desahuciados amamos,
Entre turbias divagaciones,
Protegiendo vulnerabilidades,
Temiendo al dolor sordo, 
A la pérdida y el vació;

Lastimados extraviamos,
Lo lleno en toda medida,
Molestos en los ojos,
En las manos y el corazón;
Siendo maltratado brío de consuelo,
Lagrima tibia en desesperación,
Suplica propia en negación;

Cuando no resistimos más,
En olvido de carcajadas y devoción,
Sacudimos paraderos prohibidos,
Desocupando lo inimaginable,
Para soportar sobriamente,
Para amasar un aguante simbólico,
Que obligue al intento;

Que solución entrañe,
Para cuando abandonado,
El afecto ingrato nos deje,
En la más sórdida desilusión,
Entendamos mal por bien,
Pérfido por verdad,
Al gozar en pálidas sienes,
El sosegante temblor cálido,
De la espinosa corona que suele,
Fervorosa la pasión;

Luego, volvemos a conservar,
La majestad de la vida,
Asaltándonos a ratos ideas,
Que expresan siempre morirá,
Lo que morir siempre debe;
Admitiendo minusvalía,
Rezagando lo díscolo,
Para que la vergüenza baile,
A paso doble con la ruindad; 

Sensación torpe y urente,
Del no sentirnos capaces,
De querer a nadie más,
Que a nosotros mismos,
En el auge de concebir,
Queremos a otros;

Pirotecnia erótica,
Fugaz entretención volátil,
Consciencia inverosímil,
De agrado y repudio;
En tanto mantener 
Por mantenernos,
Lidiamos insensatos,
Con heridas voraces,
Al abrirnos simples,
Con ofensas desnudas,
Al desenvolvernos plenos;

Con virtudes que no son,
El principio de las virtudes,
Equivocándonos al enderezar,
Todo por existir y comprender,
Por socorrer y abrigar,
Por oponer y oponernos,
A lo fallecido.

Fernando García M.
“Seis aburridas letras”

(Requerida iluminación ridícula)

Arribo y abordo,
Dos palabras parecidas,
Que suelen contradecirse,
Y a fin de especulaciones,
Podría arribarse abordo,
Al abordar un arribo;

Que sea de ausencia,
Que implique abandono,
Al clonar silabas,
En inútiles juegos tontos,
Pues se carece de inspiración,
En aquel momento torpe,
Donde lo opuesto resulta atractivo,
Parcializado pasivamente,
En el corazón de los hombres,
Que esperan penitencias,
Entre infantiles maltratos,
De agudeza pueril;

Ya de vuelta,
En cada arribo 
Hay una partida,
Por ello el abordaje 
Resulta descenso;
No debe añadirse más,
A tal evidencia florida,
De creatividad ridícula,
Donde de nada se habla,
Pues la epifanía abriga ínfulas,
De deterioro y desprovision;

Salvaje agresión a lo imprevisible,
Manifestación es adivina de ídolos,
Prometedores en utilidad nula,
Concediendo acertijos,
Con dobles rostros,
Amenazando en hastio,
Con rumiar entendimientos,
En mentiras, libertad y desacierto;

Gracia ofrece esta osadía,
Nunca admitiendo discusión,
Entre horarios de particulares,
Públicos, reparables e indescifrables;
No requiere comprensión elaborada,
Una infecunda alma atrapada,
En la implacable ambigüedad incólume,
Que aplastante y persistente,
La convicción de plasmar redime.

Fernando García M.
“Textil innovación fútil”

(Al talle han de acomodar en féretros)

Luego de la tormenta,
A lluvia caída recuerda al cielo,
Aquellas cosas que fragmentadas,
Pueden juntas volver en ascenso;

Consultando astros por guía,
Vacían los ojos sus ansias,
En luces de arbustos secos,
Y culpabilidad de vicios atroces,
Que sobras no abandonan restantes,
Como justificación de sus males;
Sociedad agradable,
Equipaje de rutina, recarga dentaria,
Habla de habla igual,
Que licor es portal de ostentos;

Moda que te complaces,
En tentar los alcances,
De las condiciones naturales,
Hasta cuandó veremos la gracia,
Del perdon humilde del destino;
Removiendo puñados de arena,
Reacomodando relieves accidentados,
Durmiendo embriagues en incomodidad,
Salvando reputaciones en complicidad,
Salvaje es la libertad que les agita;
Luego, para qué deriva tal dicha,
Si mas no hay que sangre,
En las espinas de sus hermosos,
Con alaridos olvidables,
De absoluto insaturable,
Entregado a inútiles 
De vida por tiempo;

Luego de la tormenta,
Escurriré sentidos,
Para adornar algo bonito,
Sencillo e incomprensible,
Con cabellos y vocales abiertas,
Que siendo nombre árboles planten,
En el bosque de las ideas,
Que descansan al rayar la desaparición,
De rostro a razones sociales,
Argumentadas precariamente,
Por la transformante ocupación,
De locales, rubores y marcas;

Sombras entre los ramajes,
Ídolos con alas y escamas,
Diligencian la interpretación,
De divergentes ritos;
Pistones contraídos,
En reacciones calladas,
Fingidas y vivaces,
En domicilios insomnes,
Resguardan organicidades profundas,
Reconfortadas en el reposar,
De todo parecer y huesos;

No he de curar la distancia,
Con frases digeribles,
No ha de reconsiderar quietos,
La luz de la luna,
Sobre los actos perversos;
Desechable rodar no estandarizado,
Integral contextualizar de ubicaciones,
Donde permanecen sin reconocerse,
Las no clasificables facciones,
Y los gestos irresolutos;
Porque han marchado,
Porque han llenado,
Porque han portado 
Y posteriormente muerto;

Modelo de sequía,
Automatismo desértico,
Fuera de la abundancia,
De lo húmedo sobre la urbe,
Calzare estaciones 
De peligro y desosiego,
Arriesgándome a volver
Menos tangible,
Más evaporado en lo cierto.

Fernando García M.
”Sonríe hasta que nos dejen”

(Solo hasta allí)

A veces deseo ir detrás,
De hermosas mujeres casuales,
Que sin nombres, desconocidas,
Se pierden en el horizonte amplio,
Alejándose a sus propios ritmos,
Para recordarme la naturaleza,
De este impulso que reclama,
Labios de pétalos 
Y espinas de esquivos;

Entonces, comprendo claramente,
Nadie querría estar con alguien,
Que camina y se sostiene,
En huesos y carnes como estos;
Acaso detrás quisieras ir tú,
De un posesivo como mí.

Fernando García M.
“Voto a la validez de una herida”

(Anexo mal determinado)

Urna de esperanza,
Plebiscito en blanco,
Siempre tuve la añoranza,
De que lo bonito,
Más bonito fuera;

Constante lo femenino,
En su elemento de alma,
Aliento brindó a lo crédulo;
Lastima en este haber, preparados,
Retoñan diversos,
Desaires y desengaños.

Fernando García M.

jueves, 9 de junio de 2016

“Emisión flotante”

(Artificial y levitante)

Artefacto volador,
Que repasas las nubes,
Hasta habitar en largos hangares,
Desmantelado pieza por pieza;
Cuánto de lo mismo aguantar debes,
Para llevar voces y cejas,
Hasta donde el destino no les salve;
Yo que abordo tu arribo,
Retomo seis aburridas letras,
Para jugar a interesante,
En el calcinante tedio horrible,
Del aguardar encontrarte,
Aguardando encontrarme;

Dulce remedio tienen estas heridas,
Expelidas a kilómetros y horas,
Hasta el manjar de esos ojos,
Y el amordazar de aquella boca;
Turbulencias aíran los aires,
Temblor de ondas cerebrales,
Pensamientos que pertenecen,
A tal nombre y providencia;
Evocaciones que espeso sentado,
Con presagios de delicia,
Saboreando la lejanía que se deshace,
Atravesada por esta invención,
De carga y etiquetados pasajeros,
Con alas y concertados inciertos;

Al terminar el descenso,
Agitare mi propio plumaje,
Para posar en tu risa,
Al diseccionar nuestro elemento;
Artificio que te elevas,
Voy a odiarte de regreso.

Fernando García M.

“Leo-pa” 

(Rala) 
 
El querer que no te descubran, 
Te hace más evidente.

Fernando García M.




“20-12-10”

Encendimos la luz,
Para acercarnos a la oscuridad,
Fabricando el deseo,
De eludir la noche;

Almas mestizas,
Horarios dobles,
Agonías de cadenas;
Vida, fuego y batallar,
Contra lo turbio
De la existencia; 
Amenazas de placer,
Lesionan los milagros,
Que para maximizar
Las decisiones, lo vivo,
Concede al tiempo inconstante;

Celosa la luna de lo dulce,
Permite escape el día,
Naciendo otra vez sin avisar,
Para que las cosas del amor, 
Se entiendan como despojos, 
Que se desprenden de los antojos,
De cuerpos, preocupaciones
E inseguridades;

Entonces,
Hasta allí contemplamos, 
En tinieblas nuestros rostros,
Para diferenciar siluetas
Y expresiones;
Para desbaratar completamente,
Cúmulos de momentos
Y enumerarlos, 
Disponiendo lo tarde;
Acordando partidas injustas, 
Hacia lo decoroso, 
Lo somnoliento y saludable;

Belleza, aroma y estancia,
De todo se jacta engreída, 
Sabiendo en su estelar linaje,
Acaban aquellas coincidencias, 
Donde los romances surgen;
Donde se encuentran los amantes, 
Que horrible perciben el alba,
Pues les devuelve a sombras duras, 
De sin colmar e intimidades,
Con aquel impulso irrefrenable, 
De querer ver claridad
E indefinir lo tenue.

Fernando García M.


“Leopoldo Gourmet”

(Homenaje innominado)

Leopoldo pájaro,
Pájaro Leopoldo;
Desvergonzada ave rapaz,
Te encanta la salchicha,
Agua no eres de arroz,
Tampoco chicha.

Fernando García M.

“La revolución del sexo”

(Micción sobre los afectos heridos)

Quién necesita riñones,
Cuando para evacuar no se tiene,
Embriaguez de bosque,
O absorber fluidiforme;

Marginales áreas urbanas,
Devoran amores variados,
Funcionales, malditos e individuales; 
Al escuchar canciones románticas,
Escombros de hollín
Y estancada negrura,
Recrean sonidos agrestes,
De palabras que agitan cieno,
De respuestas que evitan,
Sabiendo no existe esperanza,
Valiendo procurar por infamia;

Nada coincide para aquellos seres,
De perpetua resaca invasiva,
Que en desposeer de cualquiera cosa,
Carecen de humedecer alguno,
Que alicorar pueda
Amarguras y gargantas,
Al no requerir artefactos orgánicos,
Que exorcicen sales y desechos,
De sus populares cuerpos;

Desérticos sin identidad, 
Que divagan ridículos,
Ante promesas de alcances sociales,
Y letras corroídas que como estas,
Forzadas se repiten,
Para que nadie las repita,
Pues lo mudo siempre sobra,
En la facilidad de la calle.

Fernando García M.

lunes, 6 de junio de 2016


"Nota del autor de versos y soledad"

(Homenaje a la entrada 110)



La descortesía de realizar notas de autor, es tan inútil en todo caso, como el pensar algo en una fila bancaria e intentar recordarlo luego de la ventanilla. Deséese como se deseé, las explicaciones planteadas en párrafos largos no son más que malas imitaciones, del discurso hablado que siempre convincente, es mucho más, que la tinta rancia. Las colecciones nombradas cual la forma original en que nombradas fueron, las carpetas que ávido útero aún son de sus contenidos; Representan cada una un periodo diferente, en el cual embargado por quizás que espíritus, escribía pensando lo hacía de la mejor manera. Cosa que reconozco ahora no es así, y que en la actualidad me complica demasiado, hasta lo extenuante, el reconstituir los poemas más antiguos para que transmitan alguna idea, así sea la simplicidad mayor de lo entendible. Psicodelia 3, por ejemplo, acude desde diciembre del 2006 hasta marzo del 2007, para rememorar una brevedad de nada realmente, de nada conciso, pues existen 6 carpetas más con el mismo nombre enumeradas, de lo que se supone en algún momento intente hacer, acercándome de cierto modo muy ingenuo, al dadaísmo. Mistriptilinico, sabiéndose en complejidad la mezcla de asuntos inconexos (misticismo y amitriptilina), trae referencias de septiembre del 2008 extendiéndose hasta enero del 2009, sirviendo de efigie nacida para ser adulterada en la hoguera de las correcciones gramaticales, pues de otra forma abunda en bestialidad redundante. En ese lapso redundar era lo artístico, lo horrendo, lo insoportable, lo que había que evitar y por eso exacerbarlo hasta la repetición rigurosa, hasta la carencia de cualquier genialidad posible. Debía ser todo sobrecargado, para inspirar miedo, ridiculez, burla propia, sátira que a nadie importaba para entonces igual que ahora, pues no había exhibido aún su facie cicatrizada, versos y soledad.

Tres mil novecientas treinta y uno visitas, algo más de trece países, hay gente tan desocupada por estos días en el mundo, que cualquier imbécil reúne la atención de casi tres ejércitos por un segundo para caer en el anonimato más ridículo al minuto siguiente, en la condenación más deliciosa al persistir en busca de ningún provecho. Días de arriendo, se boicotea así mismo, escandalosamente, insulso en pretextos hermosos al improvisar desapariciones de mayo a agosto del 2011, donde atascado entre humaredas recompensadas solía creerme versátil, experto de algún modo en realizar actos grotescos sobre el papel siempre inocente, siempre malnacido por no resistirse de la manera que debe, y permitir que se redacte tanto desperdicio al ejecutarse un idioma a tan precario nivel. Recreación sospechosa recoge de octubre del 2009 a mayo del 2011, recuperaciones improbables de una disciplina absurda. Concebir un poema por día, sin caer en el vicio estúpido de un diario, y menos, lírico; Capturar la esencia de cierto número de meses extraños, donde además de constancia no se poseía nada, pues la pesadez vacua degeneraba en la inapetencia de toda actividad de cualquier tipo, donde el objeto primario era adentrarse en la posibilidad de no volver a ser lo que se había sido, dejando a un lado la timidez de lo novedoso, albergando la esperanza siempre ingrata y contradictoria, del reinventarse sin esforzarse demasiado, dejándose llevar sutilmente por la continuidad maniatada y maniatadora, del alba y el ocaso.

Babilonia por su parte, resulta inconsciencia explicita, facultad de desgarrarse a la categoría más infame, al acomodo como se estilaba entre mayo y diciembre del 2010; Por entonces se discutía de una década con pluma y arrebatos, pequeñez que para la fecha es insoportable, sin lugar a dudas.

Si ha llegado usted a este punto de la lectura, o en su defecto de la audición, amigo visitante, debe reacomodar sus pupilas y membranas timpánicas no deseando haber gastado su tiempo, pues las situaciones y pareceres que pudiesen ser expresados en el presente texto o audio, no se apetecen para nada interesantes, ni siquiera para el mismo autor.

JHS 2014, como su nombre lo indica, se compone de cuatro poemas en honor a Jesús y sus maravillas, confeccionados entre enero y junio del 2014 con la intención de complementar ciertas partes inconclusas del Cristo Alcohólico; Compendio del cual se exhibirán algunos pasajes, para hacerse una idea general de su problemática y horizonte. En resumen, Cristo prueba licor en su segunda venida, y no le sienta nada bien. Un porque sin sueños, carpeta en la que actualmente deshago, recorre el lapso entre abril del 2015 hasta el día presente, considero pues que es poco prudente el hablar de ella abiertamente, no solo por lo personal y reciente del asunto, sino también porque el hoy es de los días más aburridos que suelen existir. Audio-poemas, son grabaciones de mi propia voz intentando leer algunos poemas de distintos periodos, luego por supuesto, de mortificarme las neuronas cuadrando versos que no encajan, a la vez que me arriesgo a sonarme ridículo dentro de unos meses, como cuando redacté algunas divagaciones carentes de fundamento acerca de las colecciones, a puerta de las cuatro mil visitas luego de las cien entradas.

A todo el mundo,
Muchas gracias.

Fernando García M.

*Datos de pista:
Canción: Audiotrack 06.
Álbum: Random 35 Tracks Tape (Side B).
Artista: Boards of Canada.

domingo, 5 de junio de 2016


“Chiste”

(Certeza)

Las respuestas son tan tristes,
Las preguntas tan lejanas;
Desteñida hay
Que vivir la vida;

Sin exclusión ninguna,
Las respuestas suelen ser tristes,
Aún cuando maravillosos milagros,
Evitar logren momentáneamente,
Su sabor a melancolías;
Las preguntas indistinto,
De si extensas o cortas son,
Resultan habitualmente
Tan externas;

En todo ello,
Dios dice amarnos,
Y vivir toca la vida,
Mal teñida y des-abandonada;
Interrumpida por efímeros,
De gloria, exaltación y dicha,
Que cebados arrojan,
Cuerpos poseidos en deseo,
Luego del fulgor
Consumido.

Fernando García M.

“Crisis”

(Postictal)


Con la inocencia
Que se origina un hijo,
Con la inocencia
Que se comete un crimen;
El amor que tuve,
Es el amor que tengo,
El dolor que alimente,
Alimento;

Recuerdos deshechos,
Olvidos sin pistas,
Estrellas lejanas,
Dan su dictamen;
Falta sol en el cielo,
Para lograr disolver,
La melancolía turbia,
De esta noche desierta;

Con la intención
Que se contagia la vida,
Con la intención
Que se elaboran difuntos;
El amor que tuve,
Es el amor que tengo,
Pálpitos inconexos,
Sin lamentable llanto
De salida.

Fernando García M.

sábado, 4 de junio de 2016

“Hasta el vació abordaje”

(No necesita genialidad lo puramente vívido)

He extraviado las razones,
Delante de tantos testigos,
He agotado las opciones,
Intentando tales desatinos;
Sin esfuerzo alguno,
Grácil, indefensa e inexorable,
La musa ha encontrado, 
Estos restos de inspiracion,
Donde siempre estuve,
Donde siempre estuvo;
Conocida en la soledad remota,
Previa en la fugacidad
De otra ocasión;

Refiriendo hallazgos,
La anterior cordura,
De esta carne malograda, 
Plana y poco inflamable;
Desprovista ha sido, 
De pensamiento ninguno,
Que no surja pleno,
Del anhelo agitado,
Que navega errante,
Entre gamuzadas mareas,
De elongado calzado femenino;
Salpicando cerrado frió redundante,
Entre elevadas edificaciones mudas,
Donde insomnes ojos cafés,
A pupilas amplias pronuncian,
Sonrisas ininteligibles 
De libertad dulce;

La casualidad fascinante,
Obliga a la abstracción,
Intentando ocultar verdades,
De un modo distinto,
De una manera alterna,
En la que esconder las emociones,
No implique aura pérfida;
Logrando la exactitud simple,
De alcanzar el entendimiento,
Sin necesidad de pretextos,
Que rebullen inferior a la piel;

He colmado esta paciencia,
Con tiempo de grises nubes,
Merodeando esquinas texturizadas,
Que solo contemplo a parpados adheridos,
Con profundos respiros silentes;
Si he sido hombre de comas,
Solía olvidarlo hasta 
La impresión deliciosa,
De picaras miradas escapando,
Desde ubicaciones sin nombre,
Para la orientación 
De esta consciencia torpe,
Más allá de muletillas;
Dirigiéndose a la ausencia,
De la funcionalidad neutra,
De las palabras que se repiten,
Para reforzar la afirmación
De lo espontáneo;

Cual agotadoras cintas audiovisuales,
Cuya única finalidad definitiva,
Aparte de lo comercialmente obvio;
Es el aunar momentos,
De desoladas almas ansiosas,
Humedecidas por heladas gotas,
Que compartidas son por multitudes,
Ocupadas, atormentadas, 
Persistentes y armónicas;
En vidas que ignoran existen vidas,
Con accesorios de suave pelaje artificial,
Que acarician sutilemente,
La lozanía provocativa,
De calatos cuellos desiertos;
De cálidos suspiros,
Que alertan impenetrables rostros,
Para que en blandas expresiones,
Se conviertan ante la solicitud,
De que más rudeza tomen;

Decenas de habitantes,
Espían el encanto de lo incierto,
En ideas atadas por punzantes tacones,
Que portan laxos pálpitos,
Capaces de considerar,
La negrura de la tinta,
Que sutilmente los describe,
Cual degustable bondad sensible;

Decenas de transeúntes efímeros,
Presencian el marchar del ocaso,
Al enlazarse brazos y atracción,
En siluetas que se imitan,
Apresuradamente amarillas,
Con números de recorrida distancia, 
Lógica en la carencia de vínculo;
Con la fuerza incohercible,
Que condensa la inmovilidad,
De maquinas enfiladas en afán de arribo,
Cual complacido despertar entredormido,
En la resaca de las voces,
Que el silencio alcanzan,
Exponiendo cómodamente,
Lo interno e inmaterial;

Por supuesto no despuès, 
Al desenvolver curioso,
Del gusto necio de pescar,
Con la pelvis robustecida,
Pasajeros, faroles y conductores;
Fabricando la ilusión inverosímil,
De abrigar la esencia que rima,
En la agobiante desesperanza colérica,
De públicos recintos reducidos,
Que en emisiones secretas, 
Engendran justificantes artefactos dorados,
Seguros, portables y conmemorativos,
Que en sombreros vistosos,
De embases podrían convertirse,
Exclusivamente por suelas;
Si así lo quisieran, juramentadamente,
Si bufandas al deambular en complicidad,
Haciendo nudos ceñidos
De timidos codos, 
Consiguieran hallarles 
Fuera del imaginar,
Que asume ocupado,
En lo convincente les busca;

He extraviado la razòn,
Expuesto a pareados tripulantes,
Cual rozar de tibios labios,
Que rebosantes en sangre,
Sin tocarse se despiden,
Complementando protocolarios,
La frustración residual
Al rechazo electronico,
De monetarias bandas 
Magnéticas.

Fernando García M.