viernes, 17 de junio de 2016

“Seis aburridas letras”

(Requerida iluminación ridícula)

Arribo y abordo,
Dos palabras parecidas,
Que suelen contradecirse,
Y a fin de especulaciones,
Podría arribarse abordo,
Al abordar un arribo;

Que sea de ausencia,
Que implique abandono,
Al clonar silabas,
En inútiles juegos tontos,
Pues se carece de inspiración,
En aquel momento torpe,
Donde lo opuesto resulta atractivo,
Parcializado pasivamente,
En el corazón de los hombres,
Que esperan penitencias,
Entre infantiles maltratos,
De agudeza pueril;

Ya de vuelta,
En cada arribo 
Hay una partida,
Por ello el abordaje 
Resulta descenso;
No debe añadirse más,
A tal evidencia florida,
De creatividad ridícula,
Donde de nada se habla,
Pues la epifanía abriga ínfulas,
De deterioro y desprovision;

Salvaje agresión a lo imprevisible,
Manifestación es adivina de ídolos,
Prometedores en utilidad nula,
Concediendo acertijos,
Con dobles rostros,
Amenazando en hastio,
Con rumiar entendimientos,
En mentiras, libertad y desacierto;

Gracia ofrece esta osadía,
Nunca admitiendo discusión,
Entre horarios de particulares,
Públicos, reparables e indescifrables;
No requiere comprensión elaborada,
Una infecunda alma atrapada,
En la implacable ambigüedad incólume,
Que aplastante y persistente,
La convicción de plasmar redime.

Fernando García M.

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