sábado, 25 de junio de 2016

“Ultra-pirueta alimenticia”

(Patacan autónomo nunca domestico)

Comer toca,
Toca lo que se pueda,
Saborear se logra,
Lo que lograr se consiga,
Al marchar por las grietas,
De avenidas sin consanguíneos;
De calles sin complacencias,
De culpables sin culpas,
Y victimas sin lamentos;

Ingerir implica,
Arriesgar la suerte vacía,
Tragando por delicia,
Repugnantes hallazgos,
En las bolsas de las esquinas;
Estando atento al dolor que propina,
El agravio escandalizante,
De rasgar el plástico suave,
Y escarbar por esperanzas,
En el contenido saliente;

Tragar es un reto,
Retando a la muerte y el azar;
La astilla de hueso,
El sobrante del pesticida,
La aguja de la jeringa,
La hojilla sucia del suicida,
El papel con el recuerdo seco,
De una comida transformada,
En algún momento suculenta;

Del otro lado existe,
Una palabra de ofensa terrible,
Peor superlativamente, 
Al estado antes detallado;
Denominación despreciable,
Que aquel quien la porte,
Como prefijo a su nombre,
En serio jamás se le toma,
Siendo jamás libre;
Los más civilizados 
Le llaman, mascota.

Fernando García M.

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