“Del dialogo de las X”

(Vívido vivo vida)

Digo vida, 

Y en tal eco retumbante,

La inseguridad consume,

El restante valor enseguida,

De las palabras que se escapan,

Prematuras y errantes,

Paralelas para ser intocables;

En la batalla de las X,

Se enfrentan las ilusiones,

Aguijonean las conclusiones,

Repitiendo sólidas e inmateriales,

Con sus brazos y piernas,

Con sus astros y venas;

Debatiéndo siempre,

Catalizan destacables,

Elementos no soslayables,

De ambición y duda,

De devoción y burla,

Símiles a los elaborados,

Como creativos y espectadores;

Escépticos ambos sin discusión,

Ante la osadía y el dolor;

Dice vida,

Queriendo decir nada,

Diciendo querer nada,

Encajando con espacios y letras,

Detrás y delante de comas,

Sin que sobre lugar alguno,

Al invertir y transmitir lo mismo;

Conociendo a cerrados ojos,

El absoluto trayecto ausente,

Que en expedición sufren destrozados,

Los mal moldeados corazones impelidos,

Por la infatigable fuerza del tedio,

En búsqueda de lo hermoso,

Que decolorado se ha vuelto,

Al conservarse ávidamente guardado,

En incesantes nervios suprimibles;

Que apreciarse morir pueden,
Si se prefiere, si se atiende apropiado,

Al llamado de lo inútil e innecesario,

Que agoniza acariciándose la sangre,

Casi tibia carente de impulsos;

Que en sensatez de extinguir también,

Posibilidad existe, si aun lastimadas,

A lo largo del sin sabor omitible,

De la simpatía acostumbrada;

Agallas suficientes se tienen,

Luego de tragos secos, 

De salado llanto y espesa saliva,

Como para al nombrar resistencia,

Respirando soledad y sombras,

Decir a íntima voz nuestra,

En atormentada primera persona;

Vida.

Fernando García M.