“Nada
que perder”
(Caricias
y puñaladas)
Vístete
despacio mujer,
La
prisa no lleva a nada,
Luego
sabe el espíritu arder,
De
la manera acostumbrada;
Dice
nunca el corazón,
Verdad
que pueda ser útil,
Hundido
en la desesperación,
De
su propia codicia,
Escapa
a rescate alguno;
Despacio
vístete mujer,
El
diablo tomo mi alma,
Dado
el triunfo en perder,
Ruina
es toda calma;
Depravadas
delicias,
Custodia
el pecho inflamado,
Colmado
en cobardía pueril,
Desatendiendo
cualquier llamado,
De
cordura o contención;
Vístete
despacio mujer,
Distante
el amanecer intuye,
Deseo
soy de otra dosis,
De
ese amor que no me tienes;
Carne
y sangre confunden,
A
aquel espectro debilitado;
Halito
que saturado en desprecio,
Padece
emociones que suelen,
Destruir
todo refugio;
Despacio
vístete mujer,
Legiones
cabalgan latidos,
Consumado
el sacrificio,
Necesaria
es la ausencia;
Necedad
de hojas delgadas,
Desnuda
se arrastra dulce;
Fatiga
en prendas ajadas,
Es
la partida de su rostro,
Carente
de dolor o tristeza.
Fernando
García M.
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