“Urna
desprovista de arreglo floral”
(Síntesis de tema raído)
Heme aquí, desarmado,
Aquí, maniatado de miedo,
Desprevenido al límite indiscreto,
De anhelar elevadas purezas,
Que valor encomiable confieran,
A formaciones de licuefacta roca,
Relumbrando para hundirse,
Cristalizadas entre un rubor postizo;
Quién lleve las grises nubes,
Traiga consigo también el sol;
Ansiado clima debe ser la dicha,
Del tallo que emerge mofando,
Las arenas más sofocadas;
Ansiado igual el vuelo del ave,
Que posa a cualquier altura;
Oh vigor malogrado de paisaje,
Pinceladas contrarias descubre,
La locación inconstante aquella,
Donde asesta aguijón y tenazas,
Cual langosta de miel enristrada,
En diminutas alas de colmena,
El estrepito aquel claro distante;
Enajenación reverberante,
Que enmohece el libre juicio,
Hasta disonante enmudecerle,
En dulce distracción infértil,
En parangón de falso retoque;
Heme aquí, sobrecargado,
Aquí, insensato de nacimiento,
Desvelado al punto siniestro,
De comandar días inconstantes,
En travesía de yerro y desgaste,
En fantasía de espejo quieto,
Que resbalando deponga impasible,
Afilados ángulos del reflejo,
Reparando en esquirlas detalles,
Que no volverán a unirse;
Quién adore la sátira,
Alábese siendo infiel,
Asómbrese inconcluso,
De su propia desnudez,
Inquiriendo galas matronas,
Que le engendren a una vez,
Rechazado e impuntual,
Original e irresistible;
Aposento de opiniones,
Qué en varios morada exiges;
Infunda retorno noble,
El desapego a toda regla,
Desatino que autenticidad intenta,
En radicales posturas estéticas;
Inquietante descontrol,
Botín de la plasticidad racional,
Que gusta del marchitarse salvaje,
En concreciones sutiles.
Fernando García M.
(Síntesis de tema raído)
Heme aquí, desarmado,
Aquí, maniatado de miedo,
Desprevenido al límite indiscreto,
De anhelar elevadas purezas,
Que valor encomiable confieran,
A formaciones de licuefacta roca,
Relumbrando para hundirse,
Cristalizadas entre un rubor postizo;
Quién lleve las grises nubes,
Traiga consigo también el sol;
Ansiado clima debe ser la dicha,
Del tallo que emerge mofando,
Las arenas más sofocadas;
Ansiado igual el vuelo del ave,
Que posa a cualquier altura;
Oh vigor malogrado de paisaje,
Pinceladas contrarias descubre,
La locación inconstante aquella,
Donde asesta aguijón y tenazas,
Cual langosta de miel enristrada,
En diminutas alas de colmena,
El estrepito aquel claro distante;
Enajenación reverberante,
Que enmohece el libre juicio,
Hasta disonante enmudecerle,
En dulce distracción infértil,
En parangón de falso retoque;
Heme aquí, sobrecargado,
Aquí, insensato de nacimiento,
Desvelado al punto siniestro,
De comandar días inconstantes,
En travesía de yerro y desgaste,
En fantasía de espejo quieto,
Que resbalando deponga impasible,
Afilados ángulos del reflejo,
Reparando en esquirlas detalles,
Que no volverán a unirse;
Quién adore la sátira,
Alábese siendo infiel,
Asómbrese inconcluso,
De su propia desnudez,
Inquiriendo galas matronas,
Que le engendren a una vez,
Rechazado e impuntual,
Original e irresistible;
Aposento de opiniones,
Qué en varios morada exiges;
Infunda retorno noble,
El desapego a toda regla,
Desatino que autenticidad intenta,
En radicales posturas estéticas;
Inquietante descontrol,
Botín de la plasticidad racional,
Que gusta del marchitarse salvaje,
En concreciones sutiles.
Fernando García M.
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