Listado
de poemas
1.
Prerrogativa
a Judas. -00:50
2.
Previo
a la resaca. -03:05
3.
Promesa a las nuevas generaciones. -07:08
4.
Que
todos sepan de mí. -09:37
5.
Respendimento. -11:00
6.
Revelación
interruptora. -12:47
7.
Sí,
sí, sí. -14:37
8.
Salvador
hiperbólico. -16:02
9.
Preestablecida
equivalencia. -19:14
______________________________________________________
(Desde
lo inconsciente le dicta su destino)
Me
ha susurrado
Que
debo entregarle,
Que
labor es de mis labios,
El
fecundar aquel delator beso,
Que
facilite su maravillosa obra;
Luego,
imágenes acuden confusas,
Y
entre recompensas infinitas,
Estallidos
de carcajadas,
Culminan
súbitamente,
Tan
atormentados sueños;
Abrir
sudoroso de parpados,
Repentino
pánico despierto,
Que
agitado recuerda al instante,
Aquella
propuesta que antes rechace;
-Tentadoras piezas de plata-
No
obstante, hoy bajo la luna,
Al
mencionar delante de todos,
Que
alguien habría de traicionarle;
Intrigado
entre remanentes,
De
arrebatados desvelos,
Indagar
quise si sería yo,
El
autor de tal ultraje;
Respuesta
fue la que obtuve,
Salida
de irreal experiencia,
Consumida
en sin igual locura;
Decidido
en tono inexorable,
Asintió;
*Judas, tú lo has dicho;
-Con sereno pasmo,
Emprendió su
camino-
Clara
es la misión,
Que
en esta tierra de contrastes,
Cumplir
debo oneroso;
Merecedor
de tales incentivos,
Que
en oníricas profundidades,
Cual
galardón me otorga;
Ejecutar
debo las instrucciones,
Detalladas
por el en lo dormido;
-Enfáticas en obligación,
De extremo
secreto-
Recalcando
acorde a lo estipulado,
En
simbolizar la minusvalía del dinero,
Al
devolverlo con airada humildad,
Aparentando
inútil arrepentimiento,
Comprendiendo
ninguna causa,
Proclamada
cual verdadera,
Se
entrega por monto alguno;
Cumbre
momento,
De
eternidad sublime,
Suspendido
de áspera soga,
Picotazos
de cuervos le despiden;
Inmaterial
se desplaza ya,
A
la divinidad de su reino.
“Previo
a la resaca”
(Bizarro
parpadeo sacro)
Ínfimos
detalles hermosos,
Trae
la vida en maneras,
Oscuras,
lejanas y celestes;
Caminos
que hacen del alma,
Ancla
en proa de estorbo,
Superioridad
de calma cruel;
Romántica
contemplación,
De
abundante belleza;
Silencio
de restantes amistades,
Sobradas
en pálida muerte;
Popular
tendencia,
Que
exige por estos días,
Voces
que evitan nombrarle,
Al
olvidar las vueltas varias,
Del
mundo siempre salvaje;
Erguidas
denotan caricias,
Aristas
que nunca exhibidas,
Mostrar
no podrán circunstancias;
Gimiendo
en cólera necia,
El
dolor de la razón alicorada,
Narra
episodios de almohada,
Recónditos
de abatidos parpados;
Dulce
salvador,
Extenuado
al dormir,
Profundo
sueñas,
Frustración
e inconveniente;
Recreaciones
persecutorias,
Donde
nunca resucitado,
A
cabalidad la historia,
Omitió
tu esmerado sacrificio;
Donde
oníricas revelaciones,
Evidencian
cual único cambio,
En
el desenvolver humano;
La
adición de la letra H,
A
aquellas palabras,
Que
en la actualidad
No
la poseen;
-Harco, Hocio, Haleluya, Harmonía, Hamén-
Desde
mucho sabido es,
Las
manifestaciones propias
De
inmóvil reposo,
Bizantinas
figuran,
Cual
contrastados desvaríos;
Colada
robustecida,
Condensados
en tropel,
De
frágil inhibición;
-La H de ella, M. Helena-
Confusiones
como esta,
De
labios y silabas,
De
estrellas y damas,
De
soplidos que liquidan,
En
interrogantes desinteresados,
Que
señalan cual dudoso,
Su
retorno del sepulcro;
-Paranoia abstinente-
Sensación
fortuita,
Que
no distinguible sugiere,
Producto
es de amarga tortura;
Cálida
condena infernal,
Que
siendo antítesis,
De
agradable alivio;
Supone
su ausencia,
Igual
confecciono alegorías,
Ceñidas
a un mismo hilo;
-¡Vocablos con h poliglotas!-
Caldo
de carne y lamento,
Avivado
en la no resurrección,
De
inflamadas quimeras,
Del
mesías que fallecido,
Otrora
sobrio, reapareció;
-Ineludible compromiso era volver-
Tambaleaos
ahora,
Consumada
su segunda venida,
Maravilloso
el existir se puede,
En
siestas de bar,
Con
mejillas húmedas;
-Curva tornase en pesadilla-
Padre,
madre y hermano intermedio,
Con
cabezas en pieceros,
Descansan
cabelleras descalzas,
Al
observar la pantalla refulgente,
Remover
frecuencias invisibles;
Asunto de poca relevancia,
Es mencionar el contexto,
En tan delirante experiencia;
Universo exonerado,
De alabanzas a maderos,
Y paciencias redentoras;
-Mina de oro
circense-
Semejante en no acontecida,
Coincide con sus pasos insomnes,
Que debilitados en suprema misión,
Idos descansan frente a la barra,
Entre pestañas adheridas,
Y exhalaciones entre cortadas;
Auténtica
fantasmagoría cristiana,
Temores
que de divino mensajero,
Significan
también la supresión,
De
aquel segmento extremo,
Arraigado
en doctrinas de oriente.
-Hodio, Hamor, Hasco, Hadoracion-
“Promesa a las nuevas generaciones”
(Predica de averno a las almas ya
condenadas)
Al encontrarnos en el pabellón,
Blanco un tenue silencio,
Mezclado con aura de muerte,
Escenario cedió para que atónitos,
Viéramos sus rostros exactos,
Símiles en meticulosa medida,
A los nuestros colmados de
extrañez;
Sorprendidos e incrédulos,
Desconcertados al contemplarnos,
Los unos en los otros,
Diferenciados e idénticos,
Ajenos y comprometidos;
Presa de temerosa gentileza,
Con espectral voz inaudible,
Faltos de silabas y alientos,
Exclamamos al unísono;
*Gracias por regresar,
Nosotros también volveremos;
Luego, abandonaron el horizonte,
Sombríos e individuales,
Secuenciados simultáneamente,
Al separarse por épocas y tiempos;
Conducidos por largos pasillos,
Donde el olvido de lo referido,
Gradualmente poseía las
sensaciones,
Que residuales aún conservaban,
De aquel involucrar de
entendimiento;
Súbita una luz cegante,
Pétrea provoco lágrimas,
En nuestros parpados cerrados,
Inculcándonos desamparo y horror;
Forzándonos al llanto,
Cual modo inequívoco,
De expresar desconsuelo;
Alaridos agitados,
De apuradas mujeres,
Acapararon todo impulso posible;
Empapados en tibia sangre,
Excluidos fuimos en absoluto,
De aquellos cuerpos de albergue;
En tanto, llegados los días,
Creímos poder alabarle,
Sabiendo reconocerle,
Desafiante y ebrio,
Mal vestido y humillado;
No obstante, impuesta la vanidad,
Como verdad de terrenal fe,
Habitando vidas desafortunadas,
De antemano asimilamos confiados,
Le rechazaríamos con aborrecible
repudio;
Obstinación que haría le
ensalzáramos,
Arrepentidos en fraternal comunión,
Citados al gozo de su reino.
-Soberana nación infernal-
“Que
todos sepan de mí”
(Y
así, sepa yo de ellos)
*Huesos
todos,
Cautivos
de juventud,
Libertad
traerán los años,
De
miedos y decepciones;
Alma
de pulcritud intangible,
Abordando
en ocre ocaso,
Opacidad
de noche última;
Mantén
prestos los versos,
De
estas manos celosas,
Al
plasmar las huellas,
Que
de ojos desconocidos,
Son
alaridos colmados,
En
diversidad de labios;
*Sangre
que aún te agitas,
Sujeta
a impetuoso brío,
Indulto
de vetusto pasmo,
Escindir
suele la muerte;
Anima
de fortuna y fama,
Que
ofreciendo dulces amores,
Otorgas
pérfidos desengaños;
Concede
suelto sea,
El
palpitar que hipnotizado,
Asume
ilusiones y sueños;
Permite,
vuele más allá,
Del
falso telón del sepulcro,
Pronto
a mujeres y hombres,
Que
en tribulación requieran,
Del
andar de estos pasos.
“Respendimento”
*Subtitulo:
Los
verdaderos creyentes,
Al
no compartir por completo,
Aceptan
lo diferente.
*También
soy mudo,
Y
aún cuando escuchar pueden,
Mi
voz al leer estas líneas,
Negra
la tinta tono ninguno,
Abriga
agudo o grave;
Siendo
en obscuro silencio,
Quien
inicial adjudica,
Despreciables
seudónimos,
A
sentimientos derivados,
De
penitencia y minusvalía;
No
toda palabra,
Ostenta
significado interpretable;
Algunas
cual inertes símbolos,
Activas
transitan en fonaciones,
Desprovistas
de emoción especifica;
Similares
a aquel Dios,
Que
prefiriendo soledad,
Antes
que concurrido pecado,
Reclama
adoración de almas inermes,
Consumidas
en pétreos deseos,
De
turbio barro ingenuo;
-¿Plegarias decididas de premuroso ampón?-
Aún
no olvido como escribir,
Aquello
que a cabalidad ignoro;
Asuntos
que nunca conocidos,
Sé
no lograre esclarecer,
En
esta u otra existencia;
Atento
mundo maquinal,
Mudo
soy a semejanza,
Articulando
vocablos extintos,
De
futuras frases no concebidas;
Expresiones
que no habitaré,
Hasta
que cautivo me posean;
¡Libertad,
hablo de entendimiento!
“Revelación
interruptora”
(Deshecho
superlativo cristalizado; Fasciculación reptil)
Indómito
predicador,
Que
inmolaste aquel cuerpo,
Al
suplicio de la materia,
En
pro de que libres sus almas,
A
tu lado habitaran confines,
Infinitas
e iguales ante la muerte,
Exoneradas
de todo pecado;
Sublime
en misericordia,
Disipa
la voluntad regia,
De
tan magnánimo espíritu,
Sobre
aquellos virtuosos,
Que
nombrándose discípulos,
De
tu sagrada enseñanza;
Brindan
perfecto vientre,
A
la esclavitud que procura,
Ahogar
de palabra confusa,
Mezquina
en hazañosa suplica;
Retorno
consecutivo,
Que
no nacido de virgen,
Para
reinar sin corona,
Arrebatado
te ha traído,
Entre
incomoda miseria;
Expectación
de escandalizado prójimo,
Que
incrédulo a cabalidad,
Rechaza
la posibilidad insólita,
De
que siendo roca fuerte,
Encarnes
el fatigar de sus bocas;
Labios
perpetradores de siglos,
Aludiendo
fuentes de viva agua,
En
plenitud de gloria atemporal;
-Tomándose por los hombros-
*Incalculable
profeta místico,
Verdadero
siempre has sido,
Y
en tu lucha desacertada,
Si
bien no cosechaste,
La
totalidad para el padre;
Ecuánime
reino has conseguido,
Inevitable
y hermoso,
Lúgubre
e impensable,
Enaltecido
cual dios perpetuo,
Articulado
en descendidos tendones.
-Reiterar de vórtice calvario-
“Si,
si, si”
(Triple x tormentos, decía)
*Época
que azotas la tierra,
Ignorante
poco menos,
De
cuanto ya olvido;
Sobrealimentados
predicadores latinos,
Declarando
ser dios encarnado,
Cautivaran
envilecidos aborígenes,
Que
en modas y salarios,
Harán
de sus pieles lienzos,
De
números y letras;
-Patética ficción; 6/S.-
Proclamándose
solemnes,
En
pantallas y transistores,
Cual
postrero en resurrección vivo;
Lucirán
atavíos exuberantes,
Guiando
consciencias y bolsillos,
Abordando
lujo y ostentación;
Acusando
de demoniaca y perversa,
A
escuela apostólica romana,
Exagerando
en demasía aquello,
Que
desde mucho es sabido;
Oponiéndose
a mi voluntad,
Agraviando
el abolengo,
De
mi soberano nombre;
Ridiculez
de falsa gracia,
Que
en supuesto crecimiento,
Nada
ha de cambiar;
Entre
ellos le he visto también,
Con
símbolos impresos en antebrazos,
Y
pañitos para el rostro empapado,
En
purga de sudor y llanto.
-Todos en el averno-
“Salvador
hiperbólico”
(Toda
confianza sea en ti)
Repetirse
en errores,
Infalible
no convierte,
Aquello
poco conveniente;
Padres
asignan símiles nombres,
Cual
identidades a sus hijos,
Los
mismos que al hacerse hombres,
Reiteran
sustantivos pasos,
Permitiendo
homónimos deambulen,
Perpetuos
sobre la tierra;
Vagando
errantes e insomnes,
Al
cometer impropios agravios;
Ordenes
predestinadas,
Prejuicios
inquebrantables,
Que
arrastrar deben sin replica,
A
modificación alguna;
Voces
que les llaman,
Ancestrales
en el reverberar,
De
fonaciones semejantes;
Reincidir
en aciertos,
Obligatorio
no implica,
Que
inmaculado sea el triunfo,
De
la intención sobre la voluntad;
Anima
de mundo,
Que
siendo madre inmortal,
Has
engendrado los pueblos;
Concede
gracia de nudo,
A
los hilos que frágiles,
Contienen
sus respiros;
Jamás
deben cesar,
Sus
acciones que en continuidad,
Precisan
el principio que cita;
Cuanto
perfecto fue,
Para
deshacerse e integrarse,
En
tal marea violenta;
Manos
innumerables,
Arrebatadas
en gozo inmundo,
Culpables
y pueriles,
Inocentes
de ineludible destino;
-¡Disipación de las eras!-
Aferrada
a la velocidad de la vida,
Cabalga
la juventud desmedida,
Herida
gravemente de ocasos vacíos,
Al
sangrar días con lunas,
Que
culminan en cenizos matices;
Arrugas
y estrellas,
En
la carencia total de fuerzas,
Que
turgentes se opongan,
Al
surgir nuevo del alba;
Atormentada
sin remedio,
Por
el fantasma sutil de la muerte,
Débil
se arrastra la vejez,
Al
marchar inexpresiva,
Donde
resumidas las decisiones,
Consienten
arribo a la escasez,
De
argumentos que suficientes,
Eviten
el calcinar indefenso;
*Redentor
superlativo,
Que
invisible proyectas,
Sombra
de luz piadosa,
En
el silencio que ajeno,
Colma
los cuerpos caídos,
Al
precipicio blanco
De
lo infinito;
Dispón
el carácter,
De
tus lamentos y afinidades,
Para
que todo sea cumplido,
Conforme
la paloma,
Al
posar lo ha dicho;
Alma
de la humanidad,
Somos
una comunión;
Comunión
de la humanidad,
Somos
un alma.
-Luego, iniciaron martillos y clavos-
“Preestablecida
equivalencia”
(Más
de tal economía)
Bocadillos
de Satanás,
Son
aquellas almas,
Que
piadosas algún día,
Retornando
al antiguo hombre,
Llevan
sin costo adicional,
La
tasa del siete por uno;
-Gratis; por cada previo-
Demonios
que capitales,
Antes
no les aquejaban,
Hoy
cual hábiles legiones,
Modulan
humores y conductas,
Haciendo
imposible el paso,
Por
el ojo quizá dilatado,
De
sus respectivas agujas;
Uniones
de creencia desigual,
Devoradas
por la incertidumbre,
Procuran
desavenidas ocasiones;
Comportamientos
que insospechados,
Recrean
el azar ficticio,
Que
conocido por el creador,
Desde
el principio del cosmos,
Simboliza
libre albedrio;
-Indiscutible aleatoriedad emulada-
Porcentaje
de errores y aciertos,
Que
asociado en posibilidad infinita,
Manifestación
siempre adquiere,
De
extraviada fatalidad,
Opuesta
a la fantasía enrarecida,
Que
delirante le persigue;
*Simón,
digno vástago,
Inexorable
tu nombre,
Entero
en humanidad y poder,
Próximo
les habría redimido,
Desmantelando
tal adefesio,
Ideación
de autor inmaterial;
Juicio
que borrascoso desvía,
Sueños
en pesadillas siniestras,
Donde
ella ciega en devoción,
Luz
brinda aún a este abismo;
Trama
de sigilosos solitarios,
Búsqueda
de corazones,
Que
abiertos a la auténtica fe,
Huérfanos
como aquel tuyo;
Alcancen
la salvación encumbrada,
De
la paternidad que rehuyendo,
La
abolición de su verbo expansivo,
Consintió
tan horrible desconsuelo;
Tornado
en resurrección,
Constituyendo
sagrado núcleo,
De
dioses librarían a las naciones.
-Sacra familia universal-
Fernando
García M.
*Datos de pista:
Tema: Involución rítmica 14.
Áutor/Interprete: Fernando Garcia M.