“En boga de albas
restantes“
(Extinto acusa
el ánimo febril)
Zozobra
que devoras los pasos,
De esa claridad serena,
De esa fe que acuciosa eleva,
A la razón aturdida hasta dignificarle,
En presteza de calma;
Es
acaso que el afán de estos pálpitos,
Tañer de bruñido hálito,
No conoce reposo suficiente;
Refugio que vasto abrigue,
Al corazón que raudo agita,
El caudal impetuoso,
De su frágil esencia;
Estrechez
que sumes en premura,
A esa motivación sublime,
A ese tesón que impasible habita,
En el alma que aún cautiva,
Indómita nunca se rinde;
Es
acaso que el tedio de estas horas,
Irremediable del día que acontece,
Ignora quietud alguna,
Que restaurar pueda el argentado temple,
Que encumbrado custodia,
El soñar etéreo del pecho,
Que evoca y sufre;
Oh
sopor de lozano brío,
Que a fuer de estancia ligera,
Abandonas la forma que sutil envejece,
Cediendo al auge menguado,
Del tiempo que acude inmisericorde;
Oh
expresión de ufana cuantía,
Que eriges desdeñable fortuna,
En tal certeza que falaz ofrece,
En tardío arribo la experiencia voluble;
¡Inútil
resistencia supone,
Todo garbo de vital encomio,
Toda seña de arrebatada efervescencia!
De esa claridad serena,
De esa fe que acuciosa eleva,
A la razón aturdida hasta dignificarle,
En presteza de calma;
Tañer de bruñido hálito,
No conoce reposo suficiente;
Refugio que vasto abrigue,
Al corazón que raudo agita,
El caudal impetuoso,
De su frágil esencia;
A esa motivación sublime,
A ese tesón que impasible habita,
En el alma que aún cautiva,
Indómita nunca se rinde;
Irremediable del día que acontece,
Ignora quietud alguna,
Que restaurar pueda el argentado temple,
Que encumbrado custodia,
El soñar etéreo del pecho,
Que evoca y sufre;
Que a fuer de estancia ligera,
Abandonas la forma que sutil envejece,
Cediendo al auge menguado,
Del tiempo que acude inmisericorde;
Que eriges desdeñable fortuna,
En tal certeza que falaz ofrece,
En tardío arribo la experiencia voluble;
Todo garbo de vital encomio,
Toda seña de arrebatada efervescencia!
Derrochando
arrojo y fuerza,
En descenso guían,
Los antes exaltados sentidos,
Al espíritu que confuso se adentra,
Enervado en el albor ineludible,
Del frenesí que pasivo entibia,
El dulce vigor de la carne.
Fernando
García M.
En descenso guían,
Los antes exaltados sentidos,
Al espíritu que confuso se adentra,
Enervado en el albor ineludible,
Del frenesí que pasivo entibia,
El dulce vigor de la carne.
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