miércoles, 21 de agosto de 2024


“En semanas comunes”

(Nunca festivo ecualizador nocturno)
Criaturas extrañas,
Dormitan ocultas,
Bajo el beat cotidiano de la luna;
En puentes peatonales,
En terrazas vacías,
En restaurantes orientales al sur,
Donde roedores y felinos,
Se extravían sin mayor martirio;
 
Extrañas criaturas,
Deambulan expuestas,
Casi seguras ante el sol;
Sumadas a la comunión penosa,
De un apetito 24 horas,
Olfateando en sus caídas,
Sobrantes orgánicos,
Delatados por ladridos cobardes,
De colmillos astillados,
En canes sin raza;
 
La música de la ciudad,
Al caer la acólita tarde,
Invita a vivir escaso de esperanza,
Ocultando brotes no necesarios,
De agresividad, moral o minusvalía;
 
Oh bendición la de la gente,
Que percibir logra la pista base,
De incidentes lamentables,
De hechos deshumanizantes,
Sobre la cual corren,
Atestiguados por estrellas,
Manos duras, pies rotos,
Ojos empañados,
En comisuras faltas de dientes;
 
El beat de la luna urbana,
Desde las aceras toma,
Los dedos de los infantes;
Atando algunos,
Para provocar suicidio luego,
Ante la verdad no adulterable,
Del futuro circundante;
 
Logrando otros,
A palmas maternales,
Estirando miembros superiores,
Sobrecogidos en codos cansados,
Sutiles busquen detener,
Máquinas colectivas para quizás,
Con un presagio menos incierto,
Afrontar la soledad coloide,
Que supura de adentro,
Y encontrar un altar mal barrido,
Al cual llamar hogar;
 
Santos de maderos óseos,
En tez de yeso y acrílico,
A tórax abierto cantan,
Danzando a satanás,
Entre bolsas negras mal anudadas,
Monólogos que protagonizan,
Invidentes y pordioseros;
 
Avivando rebeldes hazañas,
Al indagar por el ritmo sintético,
De faroles traseros de autos,
Que de moteles y hostales,
En subterránea pasión raudo escapa,
Por avenidas industriales;

Que reverberan sueños,
De factorías sin nombres,
Que anuladas regurgitan nominas,
Con desaparecidos y presentes,
Convocados al funeral universal,
Del sobre explicitado abismo,
Expansivo del desempleo;
 
Aún sin sueldo sobreviven,
Algunos le llaman voluntad de dios,
Sin embargo al revivir insomnes,
Infinidad de devotos corrientes,
Claramente reconocen su gracia;

Es el tempo de la luna poli-bailable,
Que abriga atormentados seres;
Salvaje misericordia fallida,
Creadora magistral,
De improvisadas madrigueras,
De cartón, plástico y adobe.
 
Fernando García M.

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