“Presos”
(Ocaso aferrado)
La tarde ha marchado,
Absoluta y resuelta,
Con la música del
día,
Ostentando la resaca,
De consultas partidistas;
En desolación de desilusión,
Las calles se acompañan a sí mismas,
Con la lluvia de la luna,
Que llanto derrama triste,
Sobre el sorbido domingo libre,
De la embriaguez del alcohol,
Y su alivio para las caras,
En las compra-ventas,
Para los pies con paraguas,
De alientos ansiosos;
Precandidatos se sirven de noche,
Sazonados con porcentajes blandos,
A la luz de neveras acuarios,
Fatigadas por delantales y suelas;
¡Respetable
elección!
¡Elegible
respeto!
La tarde parte acongojada,
Por cruces indelebles, indecisas,
Sobre plegables con fotos,
De extraños personajes lejanos,
Identificados por seguidores innominados,
Paseando retorno a sus madrigueras,
Bajo el distintivo de cambio escaso,
De billetes de corta denominación;
¡Prócer
de diez; el vuelto!
Fernando García M.
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