jueves, 31 de octubre de 2024

“Tema inédito”

(Para crédulos conocidos)
Antes sin tanto agravio,
Esa canción disonante,
Destilando de iguales labios,
Emprendía un célebre homenaje,
A un corazón quizás más sano,
A una ingenuidad quizás más salvaje;
 
Misterio intrigante,
Saber de amores y penas,
Que soñadores nos hacía,
Perder noches en insomnios,
Apostando a la madurez que yacía,
En lo incierto del futuro,
Sin garantías, indicios o augurios;
 
El tiempo que marcha atrás,
Indolente y considerado, no conoce;
Cuenta da en sus círculos,
De mermados cuerpos con almas,
Que nunca retornan a lo simple,
De cuanto fueron en vibrante pasión,
Armónica seducción de los sentidos;
 
Cambios deforman ilusiones,
Estableciendo ese modo inevitable,
En el que todo cae y es erigido,
Para añorar con nostalgia,
Días de pesares ficticios,
Que desprendían vivo coraje,
Para asumir el mundo disímil;
 
Para retar al destino cobarde,
Colmado en sutil belleza,
Suficiente en simpatía razonable;
Derrotados no por completo,
Reconfortados a cabalidad punzante,
Por aquella melodía descontenta.
 
Fernando García M. 
“Suposición cesante”

(Engaño real)
La cartera morosa de los bancos,
Amante es infiel del dinero,
De independientes, asalariados,
Locos y contribuyentes;
 
Cuántos préstamos quemados,
Pasión efímera son de billetes;
Cautivos próceres en embargos,
Estiran parpados en bóvedas frías,
Atando pálpitos sin aliento,
Con cintas de diferentes colores;
 
La cartera morosa de los bancos,
No le hace el amor tiernamente,
Al efectivo de los deudores;
Es tan solo sexo casual.
 
Fernando García M.
“Solamente baldía”

(Extraña mujer trébol)
Entre toda esta violencia,
De oscuros pensamientos,
Con tuertas intenciones;
Habita un corazón callado,
Irresoluto en ilusiones,
De inusual latencia;
 
En cada pálpito,
Aguarda resignado,
El compartir algún día,
Su atesorado silencio,
Lejos de dolidas suposiciones,
Inmune a negaciones de labios;
 
Refugiado en un alma baldía,
Distinta a aquellas otras,
Que efímeras han marchado,
Ahogando su vibrar mudo,
En voces de concebir pesado.
 
Fernando García M. 
“Sobre el curso del método”

(Desilusión y tristeza)
Hace largo tiempo ya,
Cuenta me he dado,
Que el mundo distinto es,
De lo que ingenuo pensaba;
 
Entre tan graves noticias,
Entre tan escasos placeres,
Figura la mayor posesión,
Fuente de inagotable esperanza;
 
Refugio divino del alma,
De no tener en absoluto,
Que torturar el corazón,
Soportando la realidad ingrata,
Con su afán de supremacía,
Con su presunción de vida,
Con sus compromisos múltiples,
De altares, cenas y cama;
 
Esta tierra y las huellas,
Que olvidadiza lleva encima,
Carece de vísceras o entrañas,
Que palpitantes hayan de extrañarme;
 
Extensa contemplación,
Es el planear de aquel escape,
Irreversible manera, modo irrevocable;
Renuncia total al contento medio,
Que de suplicantes respiros,
Me aleja de la eternidad,
Que próxima abunda,
En tantos métodos.
 
Fernando García M. 

miércoles, 30 de octubre de 2024

“Sin pronósticos o paraguas”

(Así acaba el amor)
Bajo un sol de lluvia,
Juramos nunca mentirnos;
Bajo un cielo nublado,
Supimos decir adiós;
 
Clima de ausencia es aquel,
Que sabe darnos algo,
Para curar la devoción,
Que un día pensamos,
Jamás nos iba a fallar;
 
Un tibio resplandor,
Sin remordimiento o crueldad,
Nos recuerda hoy lo que somos;
Baldías piezas por completar,
Rarezas expuestas al dolor,
Entre firmamentos húmedos;
 
Entre furiosas tormentas,
Que para suceder esperan,
Desgarremos parpados a voluntad,
Rompiendo en llanto por cosas,
Que escasearon de ilusión,
Para ir donde marchan,
Nubarrones y soles de agua;
 
Buscando inventos de vida,
Que reparen la fragilidad ingenua,
De esa fe en cicatrices y promesas,
Que logre colmarnos el alma,
E infundir alivio al corazón.
 
Fernando García M. 
“Sin previos indicios”

(Ausente como epifánica)
Al creerte pérdida,
Desprovista de destino,
Extraviada de rostro,
En la desarmonía de esta gracia;
Reapareces súbita,
Indolente y despiadada,
Para dar fe de la permanecía,
De ilusión en mudas promesas,
De adoración en pasiones sin alma;
 
Como castigo otorgas belleza,
A actos sustraídos de importancia,
Espontánea y persuasiva,
Como la sensación corrompida,
De una falsa confianza;
 
Al creerte pérdida,
Descontinuada irremediablemente,
Resaltas ocupación de vida,
En tus temores cálida,
Esquiva en tu huida;
Dando tal vez de existencia,
Prestando condición posible,
A saberte en mis anhelos;
 
A sacudirte entregada,
En la extensión de las palabras,
En la fragilidad fragmentable,
De esta felicidad astillada,
Desentendido del engaño,
Que respira esperanzas,
Exhalando abandono impropio;
Azar de retorno,
Cuando silente te marchas.
 
Fernando García M.
“Sin mayor melodía”

(Alma con nada rimas)
Esta silueta que soy,
Me atormenta excesiva,
En la desolación de mis insomnios,
En la calefacción de mis temores;
 
Esta faceta que doy,
Ofrecida a un mundo sin vida,
Me ha confundido por poco,
Entre ilusiones de impropios,
Entre paciencias e intenciones;
 
Cuánto ha de solucionarse,
Con aquella fe que no toco,
Con aquel arrepentimiento que no busco;
De antemano no lo sé,
Pero esta imprenta de parecer,
Que airado expreso donde voy,
Indica solo un modo de fallecer,
Falto en compresión sin roce,
Pulcro en compasión sin goce;
 
Para mañana han de descansar palabras,
Sobre el recuerdo de mi nombre;
Ángeles residen ya en los cielos,
Quizás iré yo dónde,
Con esta tragedia de comas,
Con este pensar de miedos,
Con tantas agonías falsas,
Con tantos desprecios sinceros;
 
Para ayer he peleado batallas,
Que no ha ganado ningún hombre;
Sabios se han retirado aquellos,
Esplendidos, conservando laurel y cumbre;
Y yo persiguiendo cosas incompletas,
Vaciando pesares pequeños;
Y yo concibiendo genialidades tontas,
Reutilizando tesón y desesperos;
 
Esta pirueta fallida,
Esta saeta roma en sus bordes,
Donde represento emulaciones,
De versos que alimentan una existencia,
Carente en pasión e inspiraciones,
Valiente en repulsión y exigencia,
De desosiego e indecisiones;
 
Esta careta pálida,
Esta habilidad suprema entre torpes,
Donde condenso cabizbajo aleaciones,
De un sustantivo en la indecencia,
Del castigar al corazón por apariciones,
De dolor provocado e innegable belleza;
 
Cuánto maquillaje más ha de quedarle,
A este rostro que mal duerme,
A este antifaz que con nada rima,
A este alarde sin mayor melodía,
Del alma que cruda se pierde.
 
Fernando García M.
“Simplemente desaborizado”

(No amargo)
Al estar perdido, caer solo,
Da al mundo incomodo,
Siempre motivos incoloros,
Para ser sorprendido a gusto,
Por esa torpe alegría, inestable certeza,
De poseer en abundancia,
Justo lo que se precisa,
Para posibilitar lo vivo;
 
Saludos desafortunados,
Envía el inconformismo sólido,
Al deber de persistir en pie,
Consumiendo y respirando;
 
Adioses absurdos,
Expresa el cinismo sordo,
Al deseo de mantener la fe,
Resistiendo esperanzado;
 
Evitando el abandono,
De este calor sin accidente,
De esta vergüenza decente,
De este normal acribillado,
Donde el corazón es suficiente,
Para un alba más deslucido;
Ocasos ya consumados,
Sin fama o promesa de dicha.
 
Fernando García M.
“Saltemos”

(¡Eh!)
Qué se está cocinando,
En la olla a vapor;
Uno para mí,
Y otro para la libélula;
 
El tiempo es un órgano atrofiado,
Que produce monstruos,
De alas ligeras e inseguras;
 
¡Segundos!
 
La noche nace aquí,
Ahora todo a través de los años,
Para siempre será una mentira;
 
Alucinación de insecto,
Ingrediente titilante,
Al pasar la prestobaraba,
La lengua se suele tan roja;
 
Asomemos a la ventana,
Mostremos algún intento;
Luego al título, exclamación.
 
Fernando García M. 
“Siempre homenaje póstumo”

(En relación)
No sé si unas letras,
Valgan para darme inspiración,
Cuando posesión es tal abandono;
Arriesgo el corazón, jugándolo todo,
Al sospechar ya no piensas,
En estos ojos, como fuente de amor;
 
En estos oídos baldíos,
Como facilitadores de momentos,
Cuando el llanto tuyo,
Intente sentida escucha;
 
Cuando sueltos adioses,
No nos acerquen después,
Para dar recipiente al tiempo,
En horas vacías y colmadas,
Preciadas en ánimo y desilusión;
 
Cuánto lamento luego,
El sin saber de si unas letras,
Valen la explicación entera,
Del desconocernos plenos.
 
Fernando García M. 

jueves, 24 de octubre de 2024

“Reconstitución”

(Jumping flash back)
Volveré a empezar,
Esta vez sin huracanes de bolsillo,
Esta vez sin recuperarme de veras;
Pasando por adivinarme,
Tomando precaución,
De preocuparme por todo;
 
Será la casi abstinencia,
La que ubique ventanas y puertas,
Para entrar o salir,
Para frustrar o concebir,
Robusto en debilidad y desprecio,
Confuso en oportunidad y vacilación;
 
Mala vida es esta que llevo,
Como final de canción ligera,
Que se olvida al poco tiempo,
Luego de vez primera;
 
Volveré a iniciar,
Con comillas más grandes,
Con más ímpetu al caminar,
Como el mayor de los arrogantes,
Entendido de su miseria;
 
Ya he escuchado demasiado,
De vocales y consonantes rimando;
Ya es escaso todo por aquí,
Solitario entre el gas,
Dando saltos a la tristeza.
 
Fernando García M. 
“Quién se atreva a medicarme”

(Que aún no le han concebido)
Recuerdas la locura en sus ojos,
Sus palabras indiscretas,
Con aquel salivar salpicado,
De sencillez y pobreza;
Recuerdas acaso la ligereza,
De su lógica extraña,
Aplicando comentarios torcidos,
A explicaciones no solicitadas,
A fálicas cosas sin mando,
En intromisiones bizarras;
 
Avulsionada y derrotada,
Carcomida por nexos impropios,
Desposeída en manada,
Como animación incrédula,
Como agresión dispuesta,
A descargarse en cualquier momento,
Sin angustia de consecuencias,
Sin malestar de remordimiento,
Enfrascada en pretextos,
Que aborrece sin ganas;
 
Retienes la pasión en su risa,
Sus canticos medios con letra sonada,
Con falta de cuerpo,
Con primera intensión,
Que luego en remedos,
Ejecutó para divertirles alardeando,
Para entregarse a la burla;
A los juicios que ellos practican,
No entendiendo el desespero,
En la caridad de sus silencios escasos;
 
En la vanidad de sus arreglos inexactos,
Atrapada en ropajes raídos,
Ceñida en cabellos maltrechos,
Aliñada por esa vida exenta,
De sed y pensamientos correctos;
 
Retienes la fuerza de sus palmas,
Al arrojar monedas devaluadas,
Al odiar manifiesta en circundancia;
Apeándose entre enfermedades,
Añadiéndose un puesto quieto,
En lo infatigable de sus movimientos,
Señalando detalles sin forma,
Cabeceando al afirmar mofas,
Que indican comprensión y desprecio;
 
Su boca fruncida,
Su piel de asbesto oscuro,
Brillante al impenetrable blanco,
De lámparas y baldosas,
Agarrando alientos de sombras,
Derivados de extravíos coherentes;
 
Si al menos no supiese su nombre,
Si al menos no descifrase la manera,
Para darse a la memoria necia,
Como ser de tinieblas,
Como pasajera del viento,
Salido de las fibras contenidas,
En un manojo de incongruencias,
En un antojo convulsivo;
 
Sabida en sus márgenes perplejos,
Airada por razas y credos,
Alada entre domicilios indefinidos,
Como marca de humedad,
Secada en lágrimas de lamento;
 
Recuerdas la locura en sus ojos,
Madejando venganzas futuras,
Expulsando amenazas supremas;
Maldiciones hiperbólicas,
Calificativos de asiento,
Paredones morales por igual,
Para prostíbulos y conventos;
 
Acariciada casi por nadie,
Precaria en sustento propio,
Absorbiendo escándalo y sufrimiento,
Fatigada en ambiciones indetenibles;
Pálida, expresiva, casi invertebrada,
Solicitando ayuda de modo hiriente,
Desafiante al aparejar y exhibir,
Grumos de papeles doblados;
 
Descoloridos documentos,
Que dicen de sí por decir,
Que admiten la edad de su desquicia,
Propiciándole en retratos de bolsillo,
Ese carácter irrecuperable,
Asomándose al desvarió en sus pupilas,
En sus dientes mal cuidados,
Rumiando silabas sublimes,
En absurdo desequilibrio;
 
¡Rameras y malos hijos,
Para acabarlos de una sola línea!

Clamaba a parientes desconocidos.
 
Fernando García M.
“Psíquico larvario”

(Cadáver saben los sentidos)
Haciendo riguroso análisis,
De lo que necesitaba,
Para esta metamorfosis;
Me deshice con vulgar énfasis,
De cómplices, amores y parecidos;
 
En este simpático drama,
Que alegremente entristece,
No requiero de tantos estorbos,
Bastando ya con el propio,
Sin decente esperanza;
 
Sin lástima imprudente,
Que considerable interfiera,
En tan espectacular simposio,
De condicionantes, razones y actos,
Encarrilados en la degradante ruta,
Del exorcismo individual;
 
Expulsar desde adentro,
Todo aquello distinto,
A esto recluso y subcutáneo;
Suicida ideal que nutre,
Primitivo el cinismo.
 
Fernando García M. 
“Prosperidad gente”

(Dos palabras borrosas)
Justicia y paz,
Paredes pregonan;
Tengo hambre,
Al fondo la avenida;
 
Ojos que mienten y lloran,
Colores absorben a la vida;
Pero también hay sombras,
Pero también se inicia,
Cuando siquiera culmina;
 
Paz y justicia,
Pregona un muro solo;
La helada brisa acobarda la noche,
Hay tantos que duermen deshoras.
 
Fernando García M. 
“Por si un error”

(Ni lo pusiste entre interrogantes)
Aludido por lo rápido,
Expelido con locuaz sorpresa,
El círculo completa sus vueltas;
Odiándome por casi haberte querido,
Hoy relacionas corazones con mi nombre,
Sabiendo existen tantos peligros;
 
Paseo por tu jardín,
Jadeante en desaliento;
Pasando más allá del fin,
Pedante el desacierto,
Coloca voces y alaridos,
A instantes previos,
A segundos después,
De aquellos hechos esclavos,
En sus esclavizantes hechos;
 
Podríamos verlo al revés,
Con nostalgia y desenfreno;
Raudos como se dijo al principio,
Con la zozobra acorde,
Del desconocer si arribaremos,
A labios, a sonrisas sueltas,
O contrariamente, a lamentos sentidos;
 
Es mejor dudar de todo,
Haciéndonos verdades a medias,
Sin darnos a la confianza engañosa;
Sin aseguranzas devotas,
Para mortales culpables,
E insinuaciones copiosas,
En entrañas, papeles y preguntas.
 
Fernando García M. 

miércoles, 23 de octubre de 2024

“Platón, por qué”

(Domingo, votación y tristeza)
Nuevo mundo la república,
Nuevo mundo pintado perfecto;
Tienes razón, hemos excluido,
Hemos imaginado, hemos aceptado,
Y en tanto, no harán nada de aquello;
Quizás salpicaran por los costados,
Al lado ese, su índole natural,
Haciéndoles marchar de acuerdo;
 
Objetos de espuria ciencia,
Tal como convenían discretos,
Como las cosas bellas, por lo bello,
Consienten sin mayor resistencia;
Estamos ciertos en eso, sin duda,
También en tal cosa intermedia;
 
Facultad distinta es la apuesta,
Que pare magistrados y pueblos,
Fuego que en las paredes,
De los demás estados febriles,
De la misma piara resulta;
Amigos de amigos extraños,
Parientes relacionados en línea,
Ascendente, descendente o discontinua;
 
¡Nuevo mundo la república,
Nuevo mundo escaso de esencia!
 
Los oídos de sus hijos,
Los dioses de sus hombres,
En el momento aquel del alma,
En la actitud que allá no aflige;
Luego, tiempo se ha provisto,
La disputa y sus oficios,
Al corroer las turbadas murallas;
 
Desgracia es toda autoridad,
Risa excesiva cualquier reprensión;
Flancos errantes constituyen,
Al darse trato de esclavos,
Esculpiendo secretos de órganos,
Agitados en convulsivo infarto;
Enraizando monarcas tácitos,
En tronos recientes de antaño.
 
Fernando García M. 
“Perdido en el hacer”

(Lo suficiente por felicidad)
Si ella le traiciona,
Se le agrupa procuración,
De hospitalidad hostil,
Bandos de confusión y miedo;
 
Tacones en plantas,
Caminan por burdeles,
De lodo, licor y festivo;
Travestido el marido,
Venganza toma a su estilo,
Dicen que sus ropajes,
Son de otras colinas;
 
La tropa combatiente,
De bandidos toda colmada,
Reiterar es de órdenes,
Donde apellidos se compenetran;
La patria pernocta en ayuno,
Tres albas sin pan o agua,
Moldean hambres mayúsculas;
 
Una dama alternativa,
Penes sin cuartel,
Seguros duerme;
La derrota es vergonzosa,
El triunfo tantas cosas retiene.
 
Fernando García M. 
“Pasos ardidos”

(Sin sonrisa)
Es extraño el no conseguir,
Recordar cómo se era antes,
Cuando el reloj y su transcurrir,
Carecía de total importancia;
 
¿Acaso aquellos días eran más cortos,
O por el contrario el tedio embargaba,
Su carácter elongado?
 
Ahora resulta imposible discernirlo,
Tantas horas caen pálidas,
Guiadas por la tiranía de la lluvia,
Seguidas por señales que dejan marca;
 
Digo a la soledad luna,
Preciso una seriedad quieta;
No me sobra ninguna ayuda,
No me anhela ninguna espera;
 
El camino sin ser raudo o enlentecido,
Apetece solo huellas,
Aromatizado cual sendero recorrido;
 
La nostalgia tiene,
Un olor característico;
Extraño es el no concebir,
Cómo era antes de tiempo.
 
Fernando García M. 
“Paso simple”

(Solo una equis) 
Aquí vagamos,
Generación decimos,
Irguiendo la postura,
Apostándole a todo;
Juventud exhibimos,
Qué más grande mentira,
Premurosa aventura;
No somos lo que creímos,
Nos quedó corta la historia;
 
Bastardos hoy plebiscitan,
Escogidos personajes,
Se ofrecen amistosos,
Se aproximan precipitadamente,
Por radio y televisión;
Por las consciencias de esos bovinos,
Que ejercen derechos,
Y acatan sugerencias,
De tantas índoles posibles;
 
Somos libres,
Aquí vagamos,
Aquí esperamos por respuestas,
Por un mejor mañana,
Por insectos de oficinas,
Por capítulos regionales,
Por preliminares partidistas;
Jugando al estúpido sabido,
De la política en el cauce,
De aquella inercia conocida,
De allá ustedes iguales,
De acá nosotros inciertos;
 
Aquí vagamos,
No siendo nosotros mismos;
Identidad estridente,
Incomunicación de sentidos,
Con hormonas dóciles,
Disculpándonos por ser honestos,
Por subestimar la propia elección,
Espectáculo medio de la democracia.
 
Fernando García M.