“Dulce
hiel”
(Libres
aún siguen casados)
Estos
animales no se gustan,
Antes
cuando soñaban la luna,
Se
entregaban al olfato,
Acercándose
los hocicos;
Animándose
bigotes y otros pelajes,
A
buscarse el vientre y las sienes;
Hoy
no se agradan,
Y
sus sonidos son advertencias;
Las
perores que la comunicación,
Pueda
facilitarles;
Exhibiéndose
los dientes,
En
comisuras entreabiertas,
Ostentando
garras rapaces,
Para
amedrentarse los latidos,
Con
el temor al rechazo,
Con
el dolor del olvido;
Con
aquellas conductas propias,
De
la infatigable desconsideración,
Del
resentimiento innegable,
Que
en ensordecido silencio,
Acoge
el decaer del corazón;
Ahora
las bestias se evitan,
Han
saldado la cuenta ignorándose,
Dando
al mundo recuerdos,
De
aquellos mamíferos,
Que
solían gustarse.
Fernando
García M.
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