“Agradecido por lo mínimo”

(Mínimamente agradecido)

Puesto que nada falta,

Niego el vacío interno,

Extraigo lamentos sin ganas,

Para darme un poco más,

Frente al inmenso somnífero;

Estupor que hierve la sangre esta,

Que me abunda las venas,

Que me recorre las palmas,

Hasta el tacto inapropiado,

De aquellas palabras dolorosas;

Silabas de cráneo y tinta,

Que para aliviar no sirven;

 

Omito de una vez,

Tanto que tengo;

Alego sin recursos,

La tibieza de este corazón,

La nobleza de la vida,

Que permite vuelva al sol,

Un rostro nocturno,

Un cómo en indecisión;

 

Pondré menos cuidado,

Descuidare por completo,

Será tarde para hacer recuerdos,

E iniciar todo de nuevo;

Ya me he hartado de la belleza,

Maltratado por la bondad,

Segmentado por la añoranza,

De impedir la posibilidad,

De cambiar inútilmente,

Hacia la pluma que mancha,

Con letras y comas flacas,

Reglones de paz blanca;

 

Convoco fielmente,

Solemne en unísono,

Ideas de inocencia reciente,

Y tal cual algún día hubo,

Acuden a mi mente,

Voces que son engaños;

Pacientes consuelos en alaridos,

Sembrando múltiples modos,

De como quitarme del camino;

  

Vuelto al principio,

Afirmo una mirada tranquila,

Expreso una sonrisa clara;

No existe preocupación imprudente,

Que evite lo ya sucedido,

No desestimo el reemplazo propio,

Para esta condición intrascendente;

 

La han pasado distinto desde mucho,

Otros más afortunados,

Otros tantos poco favorecidos;

He dado motivos al tiempo,

Para que me abandone,

Como hube llegado;

Desprovisto e improbable,

Sin más verdad que un profundo ahogo.

 

Fernando García M.