“En ese afán que ando”

(En el afán que andas)

La esperanza,

Bruma demasiado frágil,

Pudo haber esperado más,

Pudo persistir aguantando;

Sin embargo, no por nadie,

El amor soporta heridas,

Que le puedan ser mortales;

 

Sin embargo, no por siempre,

La ilusión padece inhábil,

Grilletes de promesas en silabas,

Que retrasen su total huida,

Que eviten su final escape;

 

Cuántas almas iguales,

En tan distinto mundo;

No se añoran cercanos desenlaces,

Cuando mieles ofrece la vida,

Y el corazón mudo,

Se expresa en tacto y detalles;

 

Lo sensible,

Condición prematuramente dócil,

Pudo haber resistido más;

Pudo haber conocido menos,

Antes de revelarse,

Clamando latidos ajenos,

Para de a poco costearse,

Un fuga eficaz,

Siendo llanto de marfil,

Ante la perfidia inevitable;

 

La esperanza en lo sensible,

Lo sensible en la esperanza;

Cuántas iguales almas,

Indagando por ese inalcanzable,

Que calme sin tanta tardanza,

Las penas de un inflamable;

Carne de vanidad y ansias.

 

Fernando García M.