“Si la creación no engendrase su tiempo“
 
(Anthropo y Geo por igual a la hoguera)

Abandonada la forma humana,
Luz y sombra sobraron luego,
Colmando el vacío rotundo;
Como la noche que sigue la mañana,
Y en ello retorna nuevamente,
Todo dolor y ansiedad huyeron,
Para reaparecer ausentes de sospecha;
 
Hoy el alma se bate a duelo,
Agitando el sopor de la carne;
Hoy ataca al corazón engañoso,
Resolviendo el nudo de sus enigmas,
Cautivando el delirio de sus espinas,
Florecido en capullos eternamente cerrados;
Habituaciones de ingrata laya,
Caterva de fatídicas ilusiones,
Que despojan de vuelo y alas,
Al nunca mancillado hálito infinito;
 
Recuperada la horma fisionómica,
Recuerdo y olvido atestaron de pronto,
Deshabitando el integro figurado;
Como la alondra llama el ocaso,
Y en ello sacia su sueño deleble,
Toda esperanza y sosiego escaparon,
Para perpetuarse en vestigios sin fecha;
 
Renunciado y acogido,
Existido y eterizado,
En su íntimo el hombre sabe,
Desconoce cuanto ha sido;
Ensalzado y vituperado,
Desgarrado y reconstruido,
En su silencio el mundo intuye,
El cómo y cuándo será;
 
Consúmese en todo elemento,
El aspecto y el sentido,
Conciliase en todo instante,
Lo airado y lo pasivo;
De qué cabellos y rostro,
De qué acento y tonalidad,
Aún sin sangre descendiente,
Aún sin arena que logre encumbrarse,
Incesante es toda falta de necesidad,
Asediante toda motivación vacua;
 
Quién asegura descanso o placidez,
Quién reposo y deleite;
Astros y cielo que no duermen,
Deparan y conjuran en continuidad,
Para acometer y cumplir a modo símil,
En labios, pechos y palmas,
En capas, relieves y superficies;
Diversidad de fútiles cometidos,
Evocación de ambiciones e impulsos,
Que amparado y desposeído han,
Tantos más que arribando parten.
 
Fernando García M.