“Cuerpo é sirena”
 
(A título peyorativo)

Lento le traigo la letra,
A un deseo tuyo de esquivarme,
Que cada vez que te veo,
Te vuelves mirando a otra parte;
 
Destájame los anhelos,
Aquella sal blanda,
Que cuando me dices vete,
Entiendo que no me vaya;
 
Y entonces, me digo mudo,
Pensando siempre hacia adentro,
Que cuando me lloras mientes,
Tal cual te salga primero;
 
Ya no esperan tus afanes,
Ya no buscan mis motivos,
Se fue aquel amor de antes,
Que te tuviste conmigo;
 
Tuerto miro del alma,
El tiempo que es infinito,
Donde fue la vez aquella,
Que arribando la cayena,
Despacio remojó el rio,
Las ropas de una morena,
Que se llevó la creciente;
 
Horda al cadáver promiscuo,
Fotos trae el verano,
Viéndote muerta, ahí, lo mismo;
 
Lento le traigo la letra,
A aquellos versos bonitos,
Siendo que fuiste coqueta,
Con más de algún conocido;
 
Partida la treta en dos,
Muchacha sabe la virgen,
Que fuiste ese gran dolor,
Al verte cómo has caído;
 
Dulce boca traicionera,
Que soltando su veneno,
Supo como mancillar;
Labios tiesos que se unieron,
Al martirio de los comentarios,
Afirmando también sus hijos,
Surgieron de entre la corriente;
 
Soplo fuerte la tristeza,
Mientras se colma de años,
Siendo la burla del pueblo;
Sentado solo a la verja,
En el mustio cementerio,
Exaltando la innoble luna,
Donde viniéndote a dedicar,
Confieso a son de paseo;
 
“Cosa que dicen las sombras,
Cuando se ciernen las otras,
En mis parpados afligidos”.
 
Fernando García M.