“Mal pensamiento de insensato mediador”
 
(Público que deseáis muerte)

Sangre qué rutilante,
Escondes tu indecente faz,
Bajo la ternura frágil,
De la piel que poco resiste;
Es tu arribo siempre dolor,
Tu fuga siempre zozobra;
 
Condenado es el hombre,
Condenada también la mujer,
Agita el corazón sus sentimientos,
Revoloteando en afanes inseguros,
Despedazándose en intuiciones,
Que asomar no pueden su esencia;
 
Sangre qué rutilante,
Ocultas tu débil nobleza,
En labios que callan y ansían;
Perdona pues al alma,
Que sufre y lamenta,
Que exige y proclama;
Perdónala pues horrenda,
Que miedos ofrece la vida.
 
Fernando García M.