“G.G”
(Ex-píritus
ecúmeno)
Existe
un fragmento de mí,
Que
tiembla en emoción obscena,
Por
infamias de tal gusto;
Las
antigüedades iracundas,
Conocen
el valor de lo nuevo,
Y
es para aquel efecto,
Que
todo cuanto es vergonzoso,
Requiere
placer y lamento;
Si
el éxtasis del frenesí,
Fuese
más que carne ingenua,
Qué
seria entonces de ti,
Pobre
alma desdichada;
Acaso
encarnarías luego,
Una
moneda sin valor,
Un
símbolo no comprensible,
Incapaz
de ser canjeado,
Por
laureles y aplausos;
No
obstante, serenidad,
Exige
tu ritmo descontrol,
Desbordan
tus costas armoniosas,
En
desinhibido desastre;
Como
la llama al viento,
Como
la marea al ahogado,
Como
el entierro al difunto,
Torsión
del todo plástica,
Es
la apariencia insolente,
Y
sus sollozos suelen ser fruto,
De
goces cortos e impropios;
Existe
un fragmento,
Una
rencilla atragantada,
Con
todo lo moral y exquisito;
Una
franquicia innombrable,
De
todo cuanto es impúdico,
Dado
por libre impulso,
En
el secreto del ser mismo;
Los
días, azotes peregrinos,
Reposan
en destierro solitario,
Se
suman en cada alba,
A
aquella herida necia,
Que
se precia en descoserse,
A
faena infrecuente, a piedad corniforme,
A
saeta de mies comestible;
Palabras
que lo circundan todo,
Para
ensañarse en hacerme diablo,
Acechando
el horrible deleite,
Versos
aún no escritos.
Fernando García M
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