“De Jesús a Hércules”
 
(1958)

En aquella ocasión dijiste,
El trono es una carga,
Y en ello exclamaste exaltado,
Como dios de cualquier cosa,
Como sórdido repudio,
Del hombre aquel que era fuerte;
 
Desabasteces en agreste tormenta,
Oh Jesús de Nazaret,
Caído el hermoso ídolo,
Levántaslo con dominante fuerza,
Y en tal las mareas se aquietan,
Y en tal los ojos comprenden,
La ancestralidad de tu género;
 
Salvador justo,
Hijo del altísimo.
 
Fernando García M.