“Masturbado
te has Zaratustra”
(Saludos)
El
pecado de este deleite,
Recoge
todas las culpas,
Recorre
todos los rincones;
Cosa
que es para siempre,
Más
que cualquier excusa,
Que
soportar pudiese,
El
esclavo corazón;
La
sangre como desconocimiento,
Y
como desconocimiento la exaltación;
Hemorrágica
figura brota entre cruces,
Se
prefiere llamar insomnio,
Antes
que idílico olvido;
Se
prefiere dar por muerto,
Antes
que ser simple recuerdo;
Sangre
y excitación,
Turbia
ira predominante,
Triunfante
calma colérica,
Irritación
lisonjera,
Moderación
decepcionante,
Y
luego cicatriz;
El
deleite de este pecado,
Copila
todas las necesidades,
Cimenta
todos los modos;
Pequeñez
casi nunca,
Suele
ser a la locura,
Delirio
entre los delirios,
Observación
ciega,
Dada
a la sazón de lo inevitable;
La
saliva como lenguaje,
Y
como lenguaje la mentira;
Palabras
secas purgan los pensamientos,
Donde
nadie da fe de nada;
Aborrece
pues la convicción,
Creerse
absoluta,
Derivándose
a aquellas formas,
De
intuición equivoca;
Rotunda
coloración insípida,
Alma
que ingenua gusta en caer;
Si
necesitase ayuda seria tan feliz,
Pero
mi felicidad es fuego,
Riendo
entre cenizas más elevadas,
Desvalidas
como para reconocerse,
En
peligro inminente, apremiante auxilio,
De
arrebatadas cadenas;
Grilletes
de otras esferas,
Ataduras
precisadas a sinceridad propia,
Por
más que prevalezca la sabiduría.
Fernando
García M.
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