“Memoria y altillo”
 
(Lucy, cuál santo no es fallecido)

Y Él que le ha visto,
Y Él que le supo,
Conócele cual creador,
Insólito del espacio;
 
Ya sabiendo despedirse,
Imita su propio sello,
Mitificando las sobras,
De su batalla expresión;
 
Venido a treinta de cosa,
Se difumina el atardecer;
Apostar por tanto no importa,
A la corrección del déficit;
Poca es la ganancia,
Labia de monta mísera;
 
Y Él que le calla,
Le duerme de a cuatro años,
Condensado al aspaviento,
De vegetar sin moverse;
 
Especulando
Una nueva bienvenida,
Se ausenta el cuerpo,
Salvando sus recuerdos,
Para aquel mundo exterior;
 
Nudillos devora hambriento,
El tiempo dado a la tierra;
Esfuerzo simple, promesa única,
Oficio del ser difunto.
 
Fernando García M.