“Por allí sigue que le dejen solo”
 
(O. I. Z. en remezcla por las tablas de Canadá) 

Las voces se colapsan,
Cual agitada marea, el uno,
Al otro responde en el mismo tono,
Aún cuando el mismo no sea,
Repitiéndose en demasiados puntos,
Cual si fuese un acertijo;
 
Todo se va en admisiones honorables,
En piezas desprevenidas,
De aquel que besa a su padre,
Asumiendo la derrota;
Las palabras se arrojan,
Elevadas olas traen chocantes,
Humedeciendo toda esperanza,
Algunos lloraron por su caída;
Fanáticos también existen,
Fervorosos con el rigor requerido;
 
Las voces se colapsan,
Son fauces en cruenta pelea,
Canes de a cuatro se muerden,
Ladrándole a sus sombras;
Halloweenescos engendros,
Salen a la caza de la burla,
Vampiros los unos,
Momias los otros;
 
Duplicados en total ecualización,
Discursos de triunfo y vencimiento,
Se reproducen a velocidad desigual;
Las cuestiones que en lo previo esbozo,
Repróchaselas temeroso y aparentado,
Luego de lo inevitable;
 
Oh vida intachable,
Qué maculada has sido en candidato;
A aquel cielo van los electores,
Que al fracasar ahora,
Han extraviado su devoción.
 
Fernando García M.