“Que toda la gente lo comprenda”
Le conoces así propiamente,
En la desesperación absoluta,
En la incriminación reiterativa;
Que se dé nuevamente si se debe,
Que se dé y mortifique;
Ojos que han mirado lo edificante,
Entienden la forma sutil,
Espejismo de esa forma semejante;
Marcando la regla quien quiera,
Sujetad pues vuestra cruz;
También para aumentar el escepticismo,
Pues la cordura se juega hazañas,
Interpretándose como destinada;
Desvela perturbadora la noche,
Emprendiendo otros tantos desaciertos;
Contraproducente en su símil contexto;
Oídos no escuchan zumbidos,
No los perciben despiertos,
De largo en su acústica;
Pero lo preferirías de su boca.
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